A la señora Aurora (ya de coña) le pediamos que nos dejara algo para leer y siempre nos dejaba una revista de la
boda de Balduino y Fabiola, asi toda la vida, era eterna la revista, pero si que es verdad que yo jugue mucho en esa
casa. A veces Car y yo fuimos a dormir a su casa, sobre todo si habia
tormenta, porque desde que una vez le entro un rayo a casa le tenia pavor a las
tormentas, tambien me acuerdo de un licor que hacia con mondas de naranja que estaba bueno, jo menuda parrafada que os meti