... Estalló la tormenta como una tolvanera de hielo encendido y se precipitó la noche sobre las campas del Moriscal. Por la vertiente del arroyo helado vio don Genaro a la manada apiñada que huía salvando el espacio abierto, al resguardo del monte.
Cobijado en la peña, donde solía hacer su vigilancia, sintió el caballero el hondo temor de la tormenta desatada, que crecía con el filo cortante y que haría imposible el regreso a la cabaña. Y en el estrépito de la tolvanera creyó escuchar un agudo relincho, como una llamada de exaltación y orgullo hacia la manada que se ahuyentaba.
Asomó don Genaro a las campas del Moriscal y un rayo rompió en la noche iluminando el potro blanco, que se encaraba al vendaval y al cierzo, que elevaba la estampa con el brío de sus músculos tensos, flotando las crines como cintas de plata.
Conturbado por aquella mágica aparición, flotando luego en la alegre certeza del hallazgo, sintió don Genaro dos lágrimas en los ojos, y vio al potro blanco correr victorioso en las batallas, alzarse al frente de los estandartes, arremeter con el ímpetu glorioso de su dueño y señor.
-Don Rodrigo vendrá a por él, porque el sueño era verdad-
le dijo esa noche a Pío Lama.
-Me alegro que de las Babias salga tan buen corcel para tan buen señor.
-Ha de llamarse Babieca-decidió entonces el caballero, como si las palabras de Pío Lama le hubiesen inspirado ese nombre............... FIN.
Cobijado en la peña, donde solía hacer su vigilancia, sintió el caballero el hondo temor de la tormenta desatada, que crecía con el filo cortante y que haría imposible el regreso a la cabaña. Y en el estrépito de la tolvanera creyó escuchar un agudo relincho, como una llamada de exaltación y orgullo hacia la manada que se ahuyentaba.
Asomó don Genaro a las campas del Moriscal y un rayo rompió en la noche iluminando el potro blanco, que se encaraba al vendaval y al cierzo, que elevaba la estampa con el brío de sus músculos tensos, flotando las crines como cintas de plata.
Conturbado por aquella mágica aparición, flotando luego en la alegre certeza del hallazgo, sintió don Genaro dos lágrimas en los ojos, y vio al potro blanco correr victorioso en las batallas, alzarse al frente de los estandartes, arremeter con el ímpetu glorioso de su dueño y señor.
-Don Rodrigo vendrá a por él, porque el sueño era verdad-
le dijo esa noche a Pío Lama.
-Me alegro que de las Babias salga tan buen corcel para tan buen señor.
-Ha de llamarse Babieca-decidió entonces el caballero, como si las palabras de Pío Lama le hubiesen inspirado ese nombre............... FIN.
" La belleza de la escritura no nos concede treguas; el vocabulario, el ritmo interior, la pasión. Y todo ello
al servicio de unas fábulas ricas el paisajes y paisanajes.""... Gracias. Car besos.
al servicio de unas fábulas ricas el paisajes y paisanajes.""... Gracias. Car besos.
Escribo por que me gustan todas estas leyendas de mi tierra y fuera de ellas, me gusta que las gentes sepan de mi "España". A seguir leyendo y escribiendo. Besines como se dice en Babia. jajajja.