Su dueña, Maite Pérez García, define El Aposento de Babia como un espacio único para el descanso, el lugar ideal para evadirse de la rutina y para disfrutar de un paisaje elocuente. Buenos conocedores de la zona, informarán al visitante de las mejores rutas para conocer los pueblos y montañas que rodean a esta casa rural ubicada en Quintanilla de Babia.
Este alojamiento, de construcción reciente pero encajado a la perfección en el entorno, combina el confort de las habitaciones, con la calma del lugar y sus grandes ventanales. Son un total de cinco estancias que evocan nombres y montañas de los parajes que la rodean. Son La Malvosa, cuyo nombre se debe a un pico rocoso calizo situado en la Cordillera Cantábrica, al noreste del pueblo y que alcanza los 2.073 metros sobre el nivel del mar. Michán es otra de las estancias que recuerda una fuente oculta la mayor parte del año en el corazón de la montaña. El primer punto donde el sol se refleja cada mañana hace referencia a otro de los rincones de la casa. Se trata de Requilán, una peña espectacular por su forma y superficie; otra de las habitaciones lleva el nombre de La Corona, un paraje que se extiende al sur de Quintanilla y que se caracteriza por ser monte bajo; finalmente El Pando es otra de las habitaciones que recuerda a un collado aprovechado como puerto para pastizal de ovejas.
«El bienestar de nuestra casa se complementa con un generoso jardín privado que discurre junto al río», dice su propietaria. Además de senderismo, desde esta casa rural se facilita todo lo necesario para disfrutar de un día de pesca, de nieve o visitas a fauna y flora. Por cierto que los que elijan El Aposento de Babia para disfrutar de su tiempo libre podrán hacerlo también de la cocina babiana.
Gracias por conseguirme la camiseta Maite
Este alojamiento, de construcción reciente pero encajado a la perfección en el entorno, combina el confort de las habitaciones, con la calma del lugar y sus grandes ventanales. Son un total de cinco estancias que evocan nombres y montañas de los parajes que la rodean. Son La Malvosa, cuyo nombre se debe a un pico rocoso calizo situado en la Cordillera Cantábrica, al noreste del pueblo y que alcanza los 2.073 metros sobre el nivel del mar. Michán es otra de las estancias que recuerda una fuente oculta la mayor parte del año en el corazón de la montaña. El primer punto donde el sol se refleja cada mañana hace referencia a otro de los rincones de la casa. Se trata de Requilán, una peña espectacular por su forma y superficie; otra de las habitaciones lleva el nombre de La Corona, un paraje que se extiende al sur de Quintanilla y que se caracteriza por ser monte bajo; finalmente El Pando es otra de las habitaciones que recuerda a un collado aprovechado como puerto para pastizal de ovejas.
«El bienestar de nuestra casa se complementa con un generoso jardín privado que discurre junto al río», dice su propietaria. Además de senderismo, desde esta casa rural se facilita todo lo necesario para disfrutar de un día de pesca, de nieve o visitas a fauna y flora. Por cierto que los que elijan El Aposento de Babia para disfrutar de su tiempo libre podrán hacerlo también de la cocina babiana.
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