En torno al
pilón transcurrieron muchos años de la vida de este
pueblo, a través de él sus habitantes apagaron su sed, sus animales a través del
abrevadero bebieron de su
agua, produjeron su
fruto gracias al agua que del pilón ha manado. Y también en la
juventud de entonces ha influido en esa escapada por el agua el refrán es sacado de la experiencia "TANTO VA EL CÁNTARO A LA
FUENTE QUE AL FINAL SE ROMPE". Mientras se llenaban los cubos las charlas eran frecuentes.