Los que somos de
Remolina y podemos acercarnos hasta allí los fines de semana lo hacemos, porque la tranquilidad que allí se respira es única, y los reencuentros con la gente son sinceros totalmente. Remolina nos enseña todo su esplendor en el más respetuoso silencio.
La gente se dedica cada a los suyo, por eso cada día aprendemos algo nuevo los unos de los otros, e ahí otro encanto del
pueblín. Es impresionante. Besitos. Pau.