Pasé la mayor parte de los
veranos de mi infancia en
Riaño. Iba de
camping con mi
familia y creo que esos años fueron los mejores. Sólo he vuelto una vez después de la construcción del
embalse y la verdad es que ver ahí inamovible el picu Yordas me llenó de emoción. Los símbolos nunca caen.