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DERRIBO DEL CAÑO: INSENSATA E INJUSTA DECISIÓN.
Acabo de recibir esta "mala noticia" y me cuesta creerla. ¿Habré leído bien? ¿No será una broma pesada y de gusto de algún gracioso? A medida que ido leyendo los diversos testimonios, voy dando crédito a esta estupidez que atenta contra tantos sentimientos y, de tanta gente que queremos a nuestro pueblo y todo lo buen0 que hay en él, incluyendo la gente.
Me voy sintiendo perpelejo, entristecido y con rabia. El caño, como dice algún testimonio, es como un signo de identidad de Riego. Derribar el caño, no es avanzar y modernizarnos, sino eliminar lo que nos da identidad como pueblo. Las cosas no se pueden medir solamente por el lado práctico; es necesario descubrir otros aspectos más profundos.
El caño ha sido un lugar de donde hemos sacado el agua que ha saciado la sed de personas y animales durante tantos años. Un espacio que ha sido punto de encuentro para chicos y grandes. Era el signo de vida, porque el agua es vida. Ha sido como el corazón del pueblo, manantial permanente de vida....
Por tanto. considero una DECISIÓN INSENSATA porque no se ha sopesado en absoluto el impacto y valor afectivo que esta decisión acarrea para todos. Se diría que es una decisión tomada por personas que no tienen raíces en el pueblo. Me parece una atrocidad y una falta de respeto muy seria. Repudiable en todo sentido.
Me parece, además, una DECISIÓN INJUSTA, pues no se consultó de manerta seria y clara a las personas del pueblo que debieran tener una palabra soberana. El caño no es del alcalde, ni del ayuntamiento: es del pueblo exclusivamente. Además, el derribo del caño se llevó a cabo em horas "oscuras e inadecuadas", como dice el refrán, "entre gallos y medianoche", es decir a escondidas del pueblo y buscando el sigilo. Parece que no hubo la claridad suficiente. Me da la impresión que funcionó el criterio de "los hechos consumados", como si el pueblo fuera tonto y no tuviera una opìnión válida y que merece mucho respeto, y más, en algo que le pertenece.
Protesto por esta decisión y espero que los responsables sean capaces de reconocer su error y falta de respeto. Esta acción desatinada creo que amerita pedir perdón a la gente del pueblo, aunque el mal, desgraciadamente, ya está hecho.
Lamentablemente ya no podremos contemplar el caño de Riego, nada mejor lo sustituirá; no disfrutaremos de su rica y abundante agua. No nos contará nunca más sus historias guardadas de tantos de nosotros. Algo hermoso se nos fue. Pero sigamos mirando hacia adelante. Lo que nos entristece hoy, nos sirva para defender lo nuestro. Quizá este doloroso acontecimiento nos ayude a valorar lo que aún tenemos, con formas más concretass y compromisos responsables. Que nos unamos más para cuidar, defender y valorar nuestro pequeño pueblo. Siempre es tiempo.
Desde Chile les envío a todos un fuerte abrazo.
Ángel Pardo.
Acabo de recibir esta "mala noticia" y me cuesta creerla. ¿Habré leído bien? ¿No será una broma pesada y de gusto de algún gracioso? A medida que ido leyendo los diversos testimonios, voy dando crédito a esta estupidez que atenta contra tantos sentimientos y, de tanta gente que queremos a nuestro pueblo y todo lo buen0 que hay en él, incluyendo la gente.
Me voy sintiendo perpelejo, entristecido y con rabia. El caño, como dice algún testimonio, es como un signo de identidad de Riego. Derribar el caño, no es avanzar y modernizarnos, sino eliminar lo que nos da identidad como pueblo. Las cosas no se pueden medir solamente por el lado práctico; es necesario descubrir otros aspectos más profundos.
El caño ha sido un lugar de donde hemos sacado el agua que ha saciado la sed de personas y animales durante tantos años. Un espacio que ha sido punto de encuentro para chicos y grandes. Era el signo de vida, porque el agua es vida. Ha sido como el corazón del pueblo, manantial permanente de vida....
Por tanto. considero una DECISIÓN INSENSATA porque no se ha sopesado en absoluto el impacto y valor afectivo que esta decisión acarrea para todos. Se diría que es una decisión tomada por personas que no tienen raíces en el pueblo. Me parece una atrocidad y una falta de respeto muy seria. Repudiable en todo sentido.
Me parece, además, una DECISIÓN INJUSTA, pues no se consultó de manerta seria y clara a las personas del pueblo que debieran tener una palabra soberana. El caño no es del alcalde, ni del ayuntamiento: es del pueblo exclusivamente. Además, el derribo del caño se llevó a cabo em horas "oscuras e inadecuadas", como dice el refrán, "entre gallos y medianoche", es decir a escondidas del pueblo y buscando el sigilo. Parece que no hubo la claridad suficiente. Me da la impresión que funcionó el criterio de "los hechos consumados", como si el pueblo fuera tonto y no tuviera una opìnión válida y que merece mucho respeto, y más, en algo que le pertenece.
Protesto por esta decisión y espero que los responsables sean capaces de reconocer su error y falta de respeto. Esta acción desatinada creo que amerita pedir perdón a la gente del pueblo, aunque el mal, desgraciadamente, ya está hecho.
Lamentablemente ya no podremos contemplar el caño de Riego, nada mejor lo sustituirá; no disfrutaremos de su rica y abundante agua. No nos contará nunca más sus historias guardadas de tantos de nosotros. Algo hermoso se nos fue. Pero sigamos mirando hacia adelante. Lo que nos entristece hoy, nos sirva para defender lo nuestro. Quizá este doloroso acontecimiento nos ayude a valorar lo que aún tenemos, con formas más concretass y compromisos responsables. Que nos unamos más para cuidar, defender y valorar nuestro pequeño pueblo. Siempre es tiempo.
Desde Chile les envío a todos un fuerte abrazo.
Ángel Pardo.