El paso del tiempo puede hacer de somnífero para dejar en el olvido acontecimientos que no pueden olvidarse por su importancia y sus consecuencias. Recordar es traer la corazón y a la memoria situaciones que despertaron en nosotros sentimientos y vivencias diversas.
He leido muy atentamente los mensajes de muchas personas sobre el derribo y desaparición del caño de Riego. En todos se describen sentimientos que tienen que ver con: la rabia, la extrañeza, la falta de respeto, el sinsentido irracional de la decisión, el abuso de poder y la insensibilidad, la poca claridad y transparencia... Es verdad, muchos nos sentimos heridos y pasados a llevar ante tal despropósito. Son reacciones muy válidas.
Por el contrario no he leido ningún comentario que salga en defensa de lo que hicieron. No han dado razones ni excusas, como era lo normal. Se han amparado en el silencio sin enfrentar con valentía y responsabilidad lo que ha dañado seriamente la sensibilidad de muchos de nosotros.
Felicito a las personas que están haciendo de cabeza para presionar con fuerza, apoyados por muchos otros, para exigir acciones concretas de parte de los autores. Demuestran cariño por el pueblo y valentía para enfrentar algo que debíamos tener. Es necesario que nos devuelvan lo nuestro.
Al hacer estas reflexiones no me mueve ningún tipo de rencor y mal deseo contra nadie. Simplemente reacciono exigiendo lo que es justo y hos ha sido arrebatado de la noche a la mañana.
Por tanto invito a no dejar apagar la llama que reclama la sana y justa devolución del caño de Riego. No dejemos que el olvido cómodo permita que las cosas continúen como están ahora. Si esto sucediera, ¡habremos perdido la batalla! y nos seguirán pasando por encima. El silencio y el "no te metas" traen como consecuencia la victoria de la injsticia de los que se creen listos y con poder.
Con respeto pero con fuerza invito a los responsables, tiene que haberlos, a una seria y profunda reflexión que tenga como conclusiones dos acciones, ambas necesarias:
PRIMERA: Dar las explicaciones del caso a la gente del pueblo, si es que no se hga hecho.
SEGUNDA: Reponer lo que fue en otro tiempo un lugar común y de utilidad para el pueblo: EL CAÑO.
Apelo a lo más sagrado de la conciencia de quienes tengan responsabilidad de todo lo sucedido. Saber reconocer errores es de personas grandes. Todos podemos copmeter errores, pero es necesario reconocerlos y rehacer el daño que se ha ocasionado.
UN abrazo y saludo para todos
Ángel Pardo s. m.
He leido muy atentamente los mensajes de muchas personas sobre el derribo y desaparición del caño de Riego. En todos se describen sentimientos que tienen que ver con: la rabia, la extrañeza, la falta de respeto, el sinsentido irracional de la decisión, el abuso de poder y la insensibilidad, la poca claridad y transparencia... Es verdad, muchos nos sentimos heridos y pasados a llevar ante tal despropósito. Son reacciones muy válidas.
Por el contrario no he leido ningún comentario que salga en defensa de lo que hicieron. No han dado razones ni excusas, como era lo normal. Se han amparado en el silencio sin enfrentar con valentía y responsabilidad lo que ha dañado seriamente la sensibilidad de muchos de nosotros.
Felicito a las personas que están haciendo de cabeza para presionar con fuerza, apoyados por muchos otros, para exigir acciones concretas de parte de los autores. Demuestran cariño por el pueblo y valentía para enfrentar algo que debíamos tener. Es necesario que nos devuelvan lo nuestro.
Al hacer estas reflexiones no me mueve ningún tipo de rencor y mal deseo contra nadie. Simplemente reacciono exigiendo lo que es justo y hos ha sido arrebatado de la noche a la mañana.
Por tanto invito a no dejar apagar la llama que reclama la sana y justa devolución del caño de Riego. No dejemos que el olvido cómodo permita que las cosas continúen como están ahora. Si esto sucediera, ¡habremos perdido la batalla! y nos seguirán pasando por encima. El silencio y el "no te metas" traen como consecuencia la victoria de la injsticia de los que se creen listos y con poder.
Con respeto pero con fuerza invito a los responsables, tiene que haberlos, a una seria y profunda reflexión que tenga como conclusiones dos acciones, ambas necesarias:
PRIMERA: Dar las explicaciones del caso a la gente del pueblo, si es que no se hga hecho.
SEGUNDA: Reponer lo que fue en otro tiempo un lugar común y de utilidad para el pueblo: EL CAÑO.
Apelo a lo más sagrado de la conciencia de quienes tengan responsabilidad de todo lo sucedido. Saber reconocer errores es de personas grandes. Todos podemos copmeter errores, pero es necesario reconocerlos y rehacer el daño que se ha ocasionado.
UN abrazo y saludo para todos
Ángel Pardo s. m.