Las víctimas de la Coca-Cola
Anaical fue una gran empresa de refrescos y Guerra abandonó tras un juicio con la firma americana
Uno de los miembros de la familia Arias de Laciana, Aurelio, junto a uno de los vehículos de la importante flota que llegó a tener su empresa, Anaical.
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Anaical, en el espejo retrovisor: Laciana
El sueño de un bodeguero que pleiteó con la Coca-Cola
¿Y si la Coca-Cola fuera de Cacabelos?
Fulgencio Fernández / Villablino
Una vieja, y utópica, pintada animaba con contundencia: ‘‘Erradikemos la Coca-Cola’’. Desapareció la pintada, murió el sueño, y sigue la Coca-Cola.
Dos empresas leonesas debieron tener el mismo sueño en el pasado siglo XX. En su caso, más bien, su sueño era que la Coca-Cola no entrara en estas tierras, que los leoneses tomáramos aquellos refrescos que salían de sus fábricas en Laciana y el Bierzo: la de los Arias de Laciana y Bodegas Guerra, en Cacabelos.
Detrás de ellas unos tipos singulares. En el escaparate de sus ofertas dos refrescos que ya son historia pero que permanecen en la memoria de muchos leoneses: Anaical y ColaYork, dos sueños de hacer la competencia a la gran multinacional que fueron eso... dos sueños.
La moda de los orange
En el siglo XX irrumpieron en el mercado de las bebidas los refrescos. Eran los tiempos en los que los hombres bebían vino y las mujeres no iban a los bares. La gaseosa era lo más cercano a los futuros refrescos.
Así aparecieron, en determinados ambientes elitistas, lo que pomposamente llamaron los orange u orange-crush. Un nombre que escondía mil sabores pues cada fábrica (la mayoría de aguas carbonatadas y gaseosas) fue lanzando sus propios refrescos. Nada tenían que ver unos con otros en aquellas décadas de la primera mitad del siglo XX, coexistían en los mercados los primeros refrescos de las multinacionales y otros ‘regionales’ y ‘locales’. Así nacieron en León los famosos y recordados Anaical y la no tan conocida ColaYork, una marca que esconde el sueño de un personaje singular, el bodeguero berciano Antonio Guerra (de Vinos Guerra), un personaje adelantado a su tiempo que viajó a Estados Unidos, conoció el refresco de moda (Coca-Cola) y creó una versión local, la ColaYork.
Anaical (nombre tomado de leer al revés el de su comarca de origen, Laciana) fue una de las grandes empresas del valle y de la provincia. Llegó a casi todos los rincones, era una referencia...
Pero Anaical no pudo con el poderío y poder económico de Coca-Cola, Kas... y ColaYork perdió en 1961 un recordado, y desigual, juicio con la multinacional yankee.
Anaical fue una gran empresa de refrescos y Guerra abandonó tras un juicio con la firma americana
Uno de los miembros de la familia Arias de Laciana, Aurelio, junto a uno de los vehículos de la importante flota que llegó a tener su empresa, Anaical.
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Dos empresas leonesas debieron tener el mismo sueño en el pasado siglo XX. En su caso, más bien, su sueño era que la Coca-Cola no entrara en estas tierras, que los leoneses tomáramos aquellos refrescos que salían de sus fábricas en Laciana y el Bierzo: la de los Arias de Laciana y Bodegas Guerra, en Cacabelos.
Detrás de ellas unos tipos singulares. En el escaparate de sus ofertas dos refrescos que ya son historia pero que permanecen en la memoria de muchos leoneses: Anaical y ColaYork, dos sueños de hacer la competencia a la gran multinacional que fueron eso... dos sueños.
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En el siglo XX irrumpieron en el mercado de las bebidas los refrescos. Eran los tiempos en los que los hombres bebían vino y las mujeres no iban a los bares. La gaseosa era lo más cercano a los futuros refrescos.
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Anaical (nombre tomado de leer al revés el de su comarca de origen, Laciana) fue una de las grandes empresas del valle y de la provincia. Llegó a casi todos los rincones, era una referencia...
Pero Anaical no pudo con el poderío y poder económico de Coca-Cola, Kas... y ColaYork perdió en 1961 un recordado, y desigual, juicio con la multinacional yankee.