LACIANA
Los ‘teitadores’ vuelven a tener trabajo
Paja de centeno, una paleta –herramienta de madera alargada en forma de espada ancha– y una navaja para cortar la paja es todo lo que necesita Manuel Santín para teitar. “Además de ganas de trabajar y paciencia”, apunta este teitador, vecino de Chan de Villar, en el municipio de Balboa.
Este artesano de Balboa lleva teitando desde hace 15 años, un oficio que aprendió de “un profesional”, puntualiza. “La técnica se aprende rápido luego, como en todo, hay que practicar”, señala.
Manuel Santín trabaja en la empresa Construpiedra de Burbia, de los hermanos Juan y Julio González, dedicada a trabajar la piedra y a teitar. Esta empresa es la encargada de teitar la zona de tiro de la nueva bolera de Caboalles de Arriba, ubicada en las inmediaciones del centro de interpretación del urogallo.
Así, las personas que visiten dichas instalaciones tienen la oportunidad de contemplar un oficio del que ya quedan pocos profesionales, si bien Manuel Santín se muestra optimista, “el oficio no se perderá pues se están haciendo cosas nuevas, ahora hay más trabajo”, apunta.
Y es que, además de las nuevas construcciones con tejado de paja y de la restauración de antiguas edificaciones como las pallozas, – “se han hechos dos pallozas nuevas en la zona de Balboa y otra en Valladolid”, matiza Santín–, estos artesanos son solicitados hasta para las superproducciones de Hollywood.
Los hermanos González y Manuel Santín ayudaron a recrear la aldea medieval, ubicada en la localidad riojana de Laorre, en la que discurrió la película El reino de los cielos, dirigida por Ridley Scoot en el año 2005.
Según explica este artesano mientras coloca un nuevo haz de paja y lo golpea con la paleta, el tejado de la bolera tiene un grosor de unos 40 centímetros aunque “se puede ir a más dependiendo de la pendiente que tenga el tejado”.
Esa cubierta de paja puede durar entre 15 ó 20 años si bien el tiempo que permanece intacta varía en función de la climatología de la zona.
Unas cubiertas de paja que todavía conservan algunos hórreos en la comarca e incluso, hasta hace unos años, se podía ver en un par de casas de la localidad de Villager de Laciana.
La nueva bolera se enmarca dentro de los trabajos de acondicionamiento de la parcela en la que se ubica el centro de interpretación del urogallo y que está acometiendo la Junta de Castilla y León. Concretamente, la bolera se sitúa junto a la vía verde que discurre entre Villablino y Caboalles de Arriba por un antiguo ramal del ferrocarril de la empresa Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), ya en desuso.
Una bolera que, con su tejado de paja, será un atractivo más para los miles de visitantes que, cada año, recibe el centro de interpretación del urogallo.
Los ‘teitadores’ vuelven a tener trabajo
Paja de centeno, una paleta –herramienta de madera alargada en forma de espada ancha– y una navaja para cortar la paja es todo lo que necesita Manuel Santín para teitar. “Además de ganas de trabajar y paciencia”, apunta este teitador, vecino de Chan de Villar, en el municipio de Balboa.
Este artesano de Balboa lleva teitando desde hace 15 años, un oficio que aprendió de “un profesional”, puntualiza. “La técnica se aprende rápido luego, como en todo, hay que practicar”, señala.
Manuel Santín trabaja en la empresa Construpiedra de Burbia, de los hermanos Juan y Julio González, dedicada a trabajar la piedra y a teitar. Esta empresa es la encargada de teitar la zona de tiro de la nueva bolera de Caboalles de Arriba, ubicada en las inmediaciones del centro de interpretación del urogallo.
Así, las personas que visiten dichas instalaciones tienen la oportunidad de contemplar un oficio del que ya quedan pocos profesionales, si bien Manuel Santín se muestra optimista, “el oficio no se perderá pues se están haciendo cosas nuevas, ahora hay más trabajo”, apunta.
Y es que, además de las nuevas construcciones con tejado de paja y de la restauración de antiguas edificaciones como las pallozas, – “se han hechos dos pallozas nuevas en la zona de Balboa y otra en Valladolid”, matiza Santín–, estos artesanos son solicitados hasta para las superproducciones de Hollywood.
Los hermanos González y Manuel Santín ayudaron a recrear la aldea medieval, ubicada en la localidad riojana de Laorre, en la que discurrió la película El reino de los cielos, dirigida por Ridley Scoot en el año 2005.
Según explica este artesano mientras coloca un nuevo haz de paja y lo golpea con la paleta, el tejado de la bolera tiene un grosor de unos 40 centímetros aunque “se puede ir a más dependiendo de la pendiente que tenga el tejado”.
Esa cubierta de paja puede durar entre 15 ó 20 años si bien el tiempo que permanece intacta varía en función de la climatología de la zona.
Unas cubiertas de paja que todavía conservan algunos hórreos en la comarca e incluso, hasta hace unos años, se podía ver en un par de casas de la localidad de Villager de Laciana.
La nueva bolera se enmarca dentro de los trabajos de acondicionamiento de la parcela en la que se ubica el centro de interpretación del urogallo y que está acometiendo la Junta de Castilla y León. Concretamente, la bolera se sitúa junto a la vía verde que discurre entre Villablino y Caboalles de Arriba por un antiguo ramal del ferrocarril de la empresa Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), ya en desuso.
Una bolera que, con su tejado de paja, será un atractivo más para los miles de visitantes que, cada año, recibe el centro de interpretación del urogallo.