¡Oh! Madre mía,
eres tú el lucero de mi vida,
el que guía sin heridas,
hacia tu gran vida.
Oh madrecita mía,
hoy te veo, y me alegro,
porque eres tú mi gran vida,
sin miedo, y sin malos pensamientos.
Eres tú mi gran alegría,
que he amado toda mi vida,
con tu caricias y tus deseos,
de ser alguien algún día.
Te amo mamá.
eres tú el lucero de mi vida,
el que guía sin heridas,
hacia tu gran vida.
Oh madrecita mía,
hoy te veo, y me alegro,
porque eres tú mi gran vida,
sin miedo, y sin malos pensamientos.
Eres tú mi gran alegría,
que he amado toda mi vida,
con tu caricias y tus deseos,
de ser alguien algún día.
Te amo mamá.