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El ‘campus’ de verano cumple diez años

Lidia de la Villa / Villablino
El 12 de julio de 1999. Ese día se ponía en marcha el programa de verano organizado por la Universidad Carlos III de Madrid y el Ayuntamiento de Villablino, junto con la Fundación Sierra Pambley. Un programa al que se sumaría en 2001 la Universidad de León.
El primer curso del programa de verano, La Constitución, 20 años después, corrió a cargo del entonces rector de la Carlos III, Gregorio Peces Barba, y contó con 30 alumnos de la Carlos III y 16 de la comarca de Laciana.
Una década después de aquella primera edición de los cursos, una actividad “que ha servido para proyectar la imagen de Laciana fuera de aquí, el intercambio cultural durante todos estos años ha sido importante”, apuntó el entonces alcalde de Villablino, Guillermo Murias, han pasado por los cursos más de 3.000 alumnos además de cientos de profesores.
Esta oferta educativa siempre ha tenido una gran demanda entre los alumnos, sobre todo, de la Universidad Carlos III. Pero la falta de plazas hoteleras en la comarca no permite ampliar el número de matrículas.
En alguna edición, el número de alumnos en lista de espera igualó al número de participantes en los seminarios. Datos que avalan que esta actividad está consolidada.
Un ejemplo, aunque esta año la crisis ha reducido el programa a la mitad, los cursos cuenta con 139 alumnos, de los que 118 son de la Universidad Carlos III de Madrid.
La media de participantes es de 300 estudiantes por año, excepto en 2003, 2004 y 2005, donde el número de alumnos llegó a superar los 400, ya que esos tres veranos se impartieron, además de los seminarios de 30 horas de duración, talleres de fin de semana. Desde 1999 se han impartido 130 cursos y talleres de fin de semana.
Hasta la edición de 2008 se mantuvo el taller de música que, cada año, impartía el tenor Enrique Viana y que coincidía con los encuentros musicales en Robles de Laciana organizado por el pintor y escultor, Eduardo Arroyo.
Un taller que se ‘ha caído’ del programa, que este año se ha visto reducido a seis cursos repartidos en dos semanas. Otras ediciones se impartían 11 seminarios en cuatro semanas. “Hay que tratar de hacer un esfuerzo para que este tema no decaiga, es verdad que tiene un coste económico, lo tiene. Medir la rentabilidad que eso puede reportar a la zona es difícil. Habrá gente a la que le importe un bledo que haya o no cursos, pero los cursos tienen su importancia y su relevancia”, remarcó Guillermo Murias.
El entonces alcalde de Villablino habla de la “gran satisfacción personal” que supuso el acuerdo con la Carlos III para que Laciana se convirtiese en una de las sedes de los cursos de verano de la citada universidad.
En noviembre de 1999, Guillermo Murias y Gregorio Peces Barba firmaban el Consorcio Libre de Enseñanza, constituido por el Ayuntamiento, la Carlos III y la Fundación Sierra Pambley. Con esa firma culminaba la idea del pintor y escultor Eduardo Arroyo de convertir a Laciana en sede de los cursos de verano. Una idea que, en su día, había transmitido a su amigo, Gregorio Peces Barba.
Desde aquel lejano verano de 1999 han pasado por la sede de Villablino cientos de profesores procedentes de diversas universidades españolas, además de representes de la cultura como el propio Eduardo Arroyo, Agustín Ibarrola, Manolo Sierra o José María Merino, entre otros muchos.
Al margen de los cursos, el programa de verano incluyó, en el verano de 2003, el Encuentro Universitario Itinerante de Artes Escénicas, Unitínere, que, durante seis años y de la mano de los ‘chicos y chicas del peto rojo’ (en alusión a la vestimenta de los actores) acercó el mejor teatro a los pueblos de Laciana. Actividad que este año ‘levantará’ el telón en la Sierra Norte de Madrid.