Lástima que el cierre de la Cantina Rincón de Luna sea definitivo. Un punto de encuentro para la gente del pueblo y de alrededores. Últimamente no funcionaba bien, personal poco "serio" y durante parte del verano atendido por personal femenino del pueblo. Una pena, empezó con mucha fuerza formando un buen equipo el propietario y Martina, se ha notado bien su ausencia, Marta tenía un agrado y gracis en la atención a los clientes aparte de atractiva y limpia como la patena. De todas maneras no es que sea un negocio en esos pueblinos tan apartados. No se sabe a ciencia cierta que haya bajado la persiana para siempre. Será más bien un local de temporada veraniega.