En los albores del siglo XX los mozos y las mozas de
Rosales aprovechaban cualquier acontecimiento para celebrar una pequeña y animada velada
nocturna. Y aunque los padres y abuelos, digamos lo contrario a los hijos y nietos, ya celebrábamos las juergas hasta altas horas de la
noche y también había botellón.
Cierto día del mes de febrero varias mozas del
pueblo, entre las que se encontraban: Gunda, Lidia, Clara, María, Concha, Laudina, Teresa, Ermelinda, Filomena, Esther, Concepción, Carmina, Visita,
... (ver texto completo)