FABULAS MONTAÑESAS.
Siguiendo con lo adelantado por Mar y como quiera que ya se han acabado vacaciones y puentes, aprovecho para insertar una leyenda que ha llegado a mis oídos.
Dicen que este sábado se observó en Campovalle un acontecimiento que ha dejado estupefactos a todos los habitantes de la Lomba. Cuentan que en una huerta que hay al lado del camino, fueron vistos unos seres escarbando la tierra. De entre todos ellos destacaba uno con una pelambre rubia, y acento “asturianu”, debido sobre todo a que mientras el resto se agachaba, este@ en ningún momento lo hacia, y sin embargo acopiaba mas patatas que todos lo demás. ¿Cómo lo hacía?. Pues parece ser que con el fin de no doblar la espina dorsal, con un palo en cuya punta había un pincho, aguijaba los tubérculos, evitando así el consabido dolor en esa delicada parte del cuerpo.
Como quiera que la noticia ha trascendido, ya se sabe que un cazurro que habita por la parte de Valencia ya ha pedido una remesa de estos utensilios, aunque no lo hace para evitar el dolor lumbar, sino porque la ingesta de chorizos de la montaña le ha provisto de un voluminoso airbag justo debajo del pecho, el cual le impide alcanzar con sus manos lo que los jabalíes recogen con su hocico.
Luego dicen que los de pueblo son “cortos”……………………………………….
JAJAJAJAJAJJJAJAJAJAJ
Siguiendo con lo adelantado por Mar y como quiera que ya se han acabado vacaciones y puentes, aprovecho para insertar una leyenda que ha llegado a mis oídos.
Dicen que este sábado se observó en Campovalle un acontecimiento que ha dejado estupefactos a todos los habitantes de la Lomba. Cuentan que en una huerta que hay al lado del camino, fueron vistos unos seres escarbando la tierra. De entre todos ellos destacaba uno con una pelambre rubia, y acento “asturianu”, debido sobre todo a que mientras el resto se agachaba, este@ en ningún momento lo hacia, y sin embargo acopiaba mas patatas que todos lo demás. ¿Cómo lo hacía?. Pues parece ser que con el fin de no doblar la espina dorsal, con un palo en cuya punta había un pincho, aguijaba los tubérculos, evitando así el consabido dolor en esa delicada parte del cuerpo.
Como quiera que la noticia ha trascendido, ya se sabe que un cazurro que habita por la parte de Valencia ya ha pedido una remesa de estos utensilios, aunque no lo hace para evitar el dolor lumbar, sino porque la ingesta de chorizos de la montaña le ha provisto de un voluminoso airbag justo debajo del pecho, el cual le impide alcanzar con sus manos lo que los jabalíes recogen con su hocico.
Luego dicen que los de pueblo son “cortos”……………………………………….
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HOLa:: Señor Lin respecto ala noticia que comentas, a trascendido alas ediciones digitales delos periodicos, y es un tema de arduos debates en tertulias televisivas, y los espertos en fenomenos paranornales no se ponen de acuerdo, en lo que sucedio en dicho sitio, ya que los hechos descrividos no se dan todos los dias. (esperando que se resuelva el misterio acaecido en Campovalle lo antes posible, no sea que se vuelva a repetir este fin de semana en otro lugar del pueblo) un saludooooooooo paar todossssssssss y todassssssssssss