Había una princesa que estaba locamente enamorada de un muchacho de La Lomba y, aunque sólo tenía 17 años, no tenía ningún otro deseo que casarse con él, aún a costa de lo que pudiera perder. Su padre que tenía fama de sabio no cesaba de decirle:
-No estás preparada para recorrer el camino del amor. El amor es renuncia y así como regala, crucifica. Todavía eres muy joven y a veces caprichosa, si buscas en el amor sólo la paz y el placer, no es este el momento de casarte.
-Pero, padre, ¡sería tan feliz junto a él!, que no me separaría ni un solo instante de su lado. Compartiríamos hasta el más profundo de nuestros sueños.
Entonces el rey reflexionó y se dijo:
-No estás preparada para recorrer el camino del amor. El amor es renuncia y así como regala, crucifica. Todavía eres muy joven y a veces caprichosa, si buscas en el amor sólo la paz y el placer, no es este el momento de casarte.
-Pero, padre, ¡sería tan feliz junto a él!, que no me separaría ni un solo instante de su lado. Compartiríamos hasta el más profundo de nuestros sueños.
Entonces el rey reflexionó y se dijo:
a ver querida mar ya tuviste tiempo de pensar el final de la historia ¿no?, nos tienes aquí a todos en ascuas y tú nada, sin rematarla ¿a qué esperas?
¿porqué el muchacho era de La Lomba? si no sabemos si tú lo eres tan siquiera...
........................ ¿Que dijo el rey despues de reflexionar?.................. ..................
¿porqué el muchacho era de La Lomba? si no sabemos si tú lo eres tan siquiera...
........................ ¿Que dijo el rey despues de reflexionar?.................. ..................