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ROSALES: Bien Ana, bien, repartiendo a diestro y siniestro....

A la vera del río Omaña, entre Trascastro y La Garandilla, en un lugar que llaman El Escobio, está la Peña de la Fortuna, que a modo de mesa o altar, recoge multitud de piedras que han lanzado allí los caminantes que bajan desde las montañas buscando la suerte de otras tierras. Este monumento se encuentra sobre lo que antaño fue calzada por la que los romanos entraron a llevarse el oro de las montañas omañesas, y que más tarde se convertiría en camino de ganados transhumantes. Ruta obligada durante siglos, la piedra y el camino son testigos de quien entraba o salía de Omaña buscando su destino, son testigos de la historia.

Todos los veranos hago ese recorido, pero nunca había oido lo de la Peña de la Fortuna.
En agosto voy a ver si la encuentro.

Victorina,

Llegarás demasiado tarde... Según mis fuentes (muy muy muy fiables),
las piedras dejadas por los caminantes durante siglos han sido
utilizadas por LIN para sus diversos proyectos de construcción en
Rosales y alrededores.

Ana

Hola Ana, eres la releche. Tiras a matar y a mi me estás matando de risa.
Siempre tienes la escopeta cargada. Viva la Alegría, el buen Humor, la Ironía fina y la Roja.
Un abrazo.

Hola Peña,

Hablando de risas... muy buena la leyenda del cowboy de Folloso. Aunque es una pena que una prometedora carrera en los rodeos americanos se viera truncada por un brezo mal plantado.

Ana

Bien Ana, bien, repartiendo a diestro y siniestro. Lo del cowboy será inspiración en Marcial Lafuente Estefanía. Por otra parte tampoco hay que exagerar, que no quedé lisiado, solamente que las circunstancias no han ayudado y no tuve la oportunidad de caer por la profunda América. Si hubiese sido así, podría ser un James cualquiera con mis botas de cuero de vaca y mi silla de montar de almohada y por techo el cielo de cualquier Estado del lejano y mdio W.
El brezo te puedo bien asegurar que no era cultivado. Crecían al libre albedrío de la naturaleza madre. Simplemente tenía una rama rota que funcionó como una navaja esculpidora para dejarme la marca perenne.
Bueno, dejando la broma, que me gusta, ¡eh! Dime, ¿Cómo fuiste a parar a Silicon Valley? Bueno, dime si quieres claro.
Siempre me ha gustado imaginarme la historia de personas que no conozco de nada pero que durante un rato coincido con ellas en un viaje, en un medio de transporte, en un café. Es un juego de supuestos que no conducen a nada, pero... Aquella persona o personas se van y no las vuelves a ver y no tiene más trascendencia que el mero hecho de hacer un ejercicio de imaginación-deducción. El foro se presta mucho a ese juego. Pero aquí, tienes información de las diferentes personas y configuras una historia y por lo que van diciendo vas viendo si te aproximabas o estabas en el más absoluto error. Aquí hay una ventaja, puedo preguntar. Y eso es lo que acabo de haer.

Un abrazo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hola Peña,

Aquí acabé un poco por casualidad. Me ofrecieron el puesto dónde aún
estoy de sorpresa y me dije, por qué no. Esto era hace 10
años, en la cúspide de la era dot. com, un año antes de Bush, dos años
antes de los atentados del 11 de Septiembre, tres años antes de las
aventuras (léase desventuras) militares en Oriente Medio cuando ni
Califronia ni EEUU estaban en números rojos y estaban invirtiendo el
dinero a espuertas en investigación y las condiciones eran mejores
que en Europa, ... (ver texto completo)