Son los últimos días de agosto,
cuando el pueblo está asustado,
por un grupo de asesinos,
que andaban dispersados.
Demos gracias a Adelaida,
que nos ha dado noticias,
y para mayor seguranza
lo ha firmado Benita.
Salieron los Constantinos,
Restitutos y otros cuantos
a buscar al asesino,
que está en los rozos del Chano.
Al llegar éstos a la Canalina
el Alcalde Maximino,
esmerado en su cargo,
Ordenó: ¡alto!
Deme su naturaleza,
ciudad y estado:
Yo soy Francisco Celinio,
de edad, 40 años;
de la provincia de Orense,
padre de cuatro hijos
y con Gumersinda casado.
Lo entregaron a los mozos,
para ser custodiado y guardado.
Mientras duró el jarro,
el preso estuvo controlado.
Al terminarse éste,
todos dormidos quedaron
y cuando se levantaron,
el pájaro había volado.
Es una anécdota verídica, recogida de labios de los señores Corsino y Albino, que posiblemente sucedió en el pueblo, al comienzo de los años 40, una vez terminada la Guerra Civil Española.
Fuente Jose y Santiago Otero Diez
cuando el pueblo está asustado,
por un grupo de asesinos,
que andaban dispersados.
Demos gracias a Adelaida,
que nos ha dado noticias,
y para mayor seguranza
lo ha firmado Benita.
Salieron los Constantinos,
Restitutos y otros cuantos
a buscar al asesino,
que está en los rozos del Chano.
Al llegar éstos a la Canalina
el Alcalde Maximino,
esmerado en su cargo,
Ordenó: ¡alto!
Deme su naturaleza,
ciudad y estado:
Yo soy Francisco Celinio,
de edad, 40 años;
de la provincia de Orense,
padre de cuatro hijos
y con Gumersinda casado.
Lo entregaron a los mozos,
para ser custodiado y guardado.
Mientras duró el jarro,
el preso estuvo controlado.
Al terminarse éste,
todos dormidos quedaron
y cuando se levantaron,
el pájaro había volado.
Es una anécdota verídica, recogida de labios de los señores Corsino y Albino, que posiblemente sucedió en el pueblo, al comienzo de los años 40, una vez terminada la Guerra Civil Española.
Fuente Jose y Santiago Otero Diez
Pos vaya con los carceleros burlados!