Sí que es bonito ver nevar. Echar la vista arriba y no ver el principio y origen de todas esas mariposillas revoltosas y aplicadas, codiciosas y ligeras que abrumadas por el nuevo descubrimiento de volar, corren, silenciosas y confiadas, protegidas y mimadas por los vigilantes "zalámpagos" que las acompañan en su viaje vertical. Se atropellan, se arremolinan y mansamente pintan todo de blanco, sin pincel, ni escoba, ni cal; casi sin esfuerzo, como profesionales artesanas experimentadas. Se arrullan, se acomodan y se convierten en manta blanca desde El Cueto a Carrizal.
Todo está blanco, pronto a dormir para que los Reyes tengan tiempo de venir. Te sobresaltas, crees, te conviertes en el mejor de los rapacines y seguramente lo eres. ¿Qué me traeran, además de los duros de chocolate y los trozos de turrón y los "cacahueses" y los higos y las avellanas? Te emocionas, no por la certeza de que te trerán algo más, sino por la duda y la posibilidad y sobre todo porque cabe la sorpresa. Unas cosquillas recorrían mi pequeña barriga. Te encogías un poco más en la fría cama y pensabas en la respuesta que te había dado tu padre cuando le habías preguntado que qué traerían los Reyes: " Un, sí, señor y un mande usded". Y pensaba y volvía a pensar y no había nada en mi imaginación que diera forma a aquella respuesta. Para qué quería yo un señor y para mandar ya tenía mi perrín Quevedo. Entraba un poco en calor, me "espurría" y Morfeo me transportaba hasta la mañana de la sorpresa y la boca abierta y la mirada complice de mamá y en la que nunca desayunaba porque me empachaba con la mirada sobre las cosas que me habían traído los Reyes a pesar de la gran nevada y que en tiempo anterior a esa noche no había sido bueno del todo.
Un abrazo.
Todo está blanco, pronto a dormir para que los Reyes tengan tiempo de venir. Te sobresaltas, crees, te conviertes en el mejor de los rapacines y seguramente lo eres. ¿Qué me traeran, además de los duros de chocolate y los trozos de turrón y los "cacahueses" y los higos y las avellanas? Te emocionas, no por la certeza de que te trerán algo más, sino por la duda y la posibilidad y sobre todo porque cabe la sorpresa. Unas cosquillas recorrían mi pequeña barriga. Te encogías un poco más en la fría cama y pensabas en la respuesta que te había dado tu padre cuando le habías preguntado que qué traerían los Reyes: " Un, sí, señor y un mande usded". Y pensaba y volvía a pensar y no había nada en mi imaginación que diera forma a aquella respuesta. Para qué quería yo un señor y para mandar ya tenía mi perrín Quevedo. Entraba un poco en calor, me "espurría" y Morfeo me transportaba hasta la mañana de la sorpresa y la boca abierta y la mirada complice de mamá y en la que nunca desayunaba porque me empachaba con la mirada sobre las cosas que me habían traído los Reyes a pesar de la gran nevada y que en tiempo anterior a esa noche no había sido bueno del todo.
Un abrazo.
Hola Peña,
¿Qué "sorpresas" traían los Reyes Magos? Aparte del chocolate,
turron, avellanas, etc.? ¿Juguetes? ¿Objetos prácticos (como las botas
para las gomas del tirachinas:-)? Amenazaban con dejar carbón a los
que se portaban mal?
Ana
¿Qué "sorpresas" traían los Reyes Magos? Aparte del chocolate,
turron, avellanas, etc.? ¿Juguetes? ¿Objetos prácticos (como las botas
para las gomas del tirachinas:-)? Amenazaban con dejar carbón a los
que se portaban mal?
Ana