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ROSALES: Que bien se lo pasaban.... y como sabian divertirse..

Es el 27 de diciembre'?" del año 1951 los mozos y las mozas del lugar, '
que hoy tienen unos 72 años o alguno más, se reúnen para preparar las
inocentadas del día siguiente; aprovechan cualquier acontecimiento para
celebrarlo. Benilde, muy amiga de la juerga, algo mayor y con mas
experiencia, busca a las mozas jóvenes con cara de buenas chicas y a los
niños que se daban ya cierto aire de hombrecitos... y les comenta: -mañana
tu vas a la casa de Amparo y le pides una hogaza de pan, que es para - tu
madre, que se le han terminado las del amasado anterior; a otra chica, tú vas a
casa de la tía María y Ie dices que tu mamá no tiene huevos y le pides media
docena...
-Al día siguiente así lo hacen las mocitas y los mocitos seleccionados
por Benilde.
Elia pasa la noche pensando con qué argumentos podría engañar mejor a
la señora María. Por la mañana se acerca temerosa a la casa de esta
entrañable señora, que está en medio de la Solana.
- ¡María! ¡Maríííía! -la llama Elia cerca de su ventana con voz
angelical, de niña que nunca ha roto un plato..
Esta buena Señora abre la venta y le responde: - ¿Qué quieres hija?
-Presenta no tiene huevos para hacerle un tortilla de patatas a Corsino.
Él tiene que ir hoy con las cabras. El jamón del año pasado está muy salado
le da mucha sed. Y ya sabe que nuestra casa es fría y las gallinas han dejado
de poner hace un mes... y vengo a ver si me presta media docena, -le dice
Elia con voz chillona, temerosa y rápida.
- ¡Qué diantre, y si quiere una docena, también! Abre la puerta niña y
entra. No está el perro en casa, se fue con Benjamín"? esta mañana. Yo voy
por los huevos al cuarto, -le comenta la buena señora María.
Elia entra en el portal, deja las madreñas en una orilla y sube
pausadamente las escaleras de piedra, intentando contener la risa.
La señora María se acerca con la
media docena de huevos en una lata
grande de sardinas. Se los da a Elia y
le dice: dile a Presenta que no tenga
prisa en devolvérmelos, mis gallinas
aún ponen en estas fechas.
Cuando ya los huevos están en su
mano, Elia le responde: - ¡Que los
Santos Inocentes se los paguen, señora
María!
- ¡Ay ladronzuela! ¡Sinver-
güenza! ¡Vienes a darme la inocentada
con cara de buena! Ya se los pediré a
Presenta. Ésta nunca, nunca te la

perdonaré. ¡Si ya lo sé! ¡Pero Soy tonta! ¡Tonta! - ¡Muy tonta! -Le grita
María y sale corriendo tras Elia, con intención de darle con la aguijada
Elia, más rápida, baja en dos saltos las escaleras de piedra, llega al
portal, coge las madreñas en la otra mano, sale a la calle y chapoteando con
las alpargatas en los charcos helados del camino, se pierde por las estrechas
calles de la Solana.
María desde el umbral de las puertas carretales continúa vociferando:
- ¡No, ya lo sé, esto es idea de Benilde! Mi hija siempre está metida en todas
las juergas ¡En todas! ¡Qué se prepare cuando vuelva a casa! ¡Ya le daré yo a
ella huevos con un fuyaco! -Pasados los primeros momentos de enfado,
también María se ríe y recuerda sus años de moza, cuando ella engañaba con
estas simpáticas bromas a otras vecinas del pueblo...
Y así Cándido le saca una hogaza a la Señora Salomé. Mundo
también consigue otra hogaza en la casa de Filomena. Sola se acerca a la
casa de Flora y esta buena señora, el ama del Sr. Cura, le da medio litro de
aceite. Eda llama a Donina, le pide para su madre una hogaza y esta señora
cae en la trampa. - Conversa engaña a Rolindes, otra media docena de
huevos. Adolfo consigue unos huevos en la casa de Aurora. Eutimio sale
con un pequeño cesto de patatas de la casa de María, la madre de Sindo.
Senén llama a Visita, la mujer de Octavio, pero esta buena mujer ya había
oído los gritos de su vecina María. Jesús pretende engañar a Aracele, le
~ntra la risa y esta mujer, poco amiga de hacer un favor, lo descubre y lo
despide de su casa con cajas destempladas.
Tal vez algunas vecinas del pueblo se han dado cuenta de la broma, pero
prefieren tener a los mozos y mozas de su parte y darse por engañadas.
Con los huevos, las hogazas, las patatas, el aceite... los mozos y las
mozas preparan unas hermosas tortillas de patatas y una caldera de sabrosas
migas con miel. Escotan unas pesetas para comprar unos litros de vino y un
. kilo de azúcar. Entre plato y plato y largos tragos de vino de la bota, cuentan
las bromas dadas; las carreras delante de las engañadas señoras para quitarles
las cosas...
El buen humor y la alegría reinan entre. 1os jóvenes del pueblo en esos
años. Terminan la velada con unos animados bailes hasta las 3 ó 4 de la
madrugada, acompañados por los cánticos y la pandereta de Teresa, que la
toca como los propios ángeles.
Fuente: Jose y Santiago Otero Diez

Que bien se lo pasaban.... y como sabian divertirse..