Pasada la media
noche del 15 al 16, los franciscanos fueron sacados de la
iglesia-prisión. Mientras salían, el P. Benigno Prieto dijo: «No os asustéis, hermanos, que vamos al
cielo». Inmediatamente mandaron volverse a los naturales de Consuegra y a los hermanos no clérigos, en total, ocho, que serían luego asesinados el 19 de agosto y el 24 de septiembre. Los veinte restantes fueron subidos a un camión. Al terminar de pasar lista, dijeron los perseguidores: «Domingo Alonso que se baje, que no está
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