En la
foto anterior nos faltan dos quintos, matrimonio, pero estuvieron en la
fiesta, en la
Iglesia de S. Justo, eucaristía celebrada por sacerdotes religiosos agustinos del
pueblo. Agradecemos a Matías sus palabras sencillas cercanas y emotivas, que hicieron del momento, junto con los objetos que nos recordaban los
juegos de niños, que llenaron las escasas horas que disfrutábamos, sobre todo las niñas, que colaborábamos en las tareas propias del medio rural: dar a las gallinas, ir a apañar para los conejos y los gochos, traer
agua en los botijos de barro que conservaban fresquita el agua para beber y cocinar. No había agua corriente y era tarea obligada y diaria, que robaba nuestro tiempo de juegos.