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Estos meses de Marzo y abril, han sido duros para los vecinos de san Justo que han despedido a una hija y un hijo del municipio y otro de adopción. Por orden de despedida, Félix, el andalú, Julio, de Nava y Consolación, mi tía. A los tres que ya han sido recibidos en la casa grande, donde nos esperan, que vivan en paz con todos los suyos, también nuestros y gocen para siempre de la presencia de Dios, que nos ama.
A Julio quiero mostrar mi respeto y cariño, lo recuerdo como un buen vecino, muy religioso, trabajador y buena persona. Siempre lo recuerdo caminando y trabajando como todos desde hace años. Sus deberes religiosos especialmente en la cofradía, siendo mayordomo o presidente, oraba por todos el día de su entierro y despedida de este mundo. Hoy quiero recordarle con gratitud, por todo lo que ha aportado al pueblo, por su presencia y por su vida. La vida le cargó con algún achaque que últimamente no le permitía disfrutar del paseo seguro, su dificultad para vernos y oírnos, pero agradecía cualquier muestra de afecto recibida. Gracias una vez más por tu generosidad y por haber vivido entre nosotros, con esa sonrisa tan característica tuya. Te echaremos de menos, Julio, especialmente tus vecinas de siempre, pero estarás en nuestra memoria y corazón, no te olvidaremos, como esperamos no te olvides de nosotr@s todos. De tu pueblo adoptivo, San Justo donde encajaste de maravilla.
En mi nombre y en el de mi familia, mi condolencia a todos vosotros Aranda, esposa e hijos: Josito y Mª Fe; hermanas, hermanos, sobrinos y nietos.
(Julio es el de la derecha abajo y lleva gafas D. E. P.).
A Julio quiero mostrar mi respeto y cariño, lo recuerdo como un buen vecino, muy religioso, trabajador y buena persona. Siempre lo recuerdo caminando y trabajando como todos desde hace años. Sus deberes religiosos especialmente en la cofradía, siendo mayordomo o presidente, oraba por todos el día de su entierro y despedida de este mundo. Hoy quiero recordarle con gratitud, por todo lo que ha aportado al pueblo, por su presencia y por su vida. La vida le cargó con algún achaque que últimamente no le permitía disfrutar del paseo seguro, su dificultad para vernos y oírnos, pero agradecía cualquier muestra de afecto recibida. Gracias una vez más por tu generosidad y por haber vivido entre nosotros, con esa sonrisa tan característica tuya. Te echaremos de menos, Julio, especialmente tus vecinas de siempre, pero estarás en nuestra memoria y corazón, no te olvidaremos, como esperamos no te olvides de nosotr@s todos. De tu pueblo adoptivo, San Justo donde encajaste de maravilla.
En mi nombre y en el de mi familia, mi condolencia a todos vosotros Aranda, esposa e hijos: Josito y Mª Fe; hermanas, hermanos, sobrinos y nietos.
(Julio es el de la derecha abajo y lleva gafas D. E. P.).