Luz ahora: 0,15412 €/kWh



Deshojar una margarita

pétalo a pétalo

para encontrar esa sencilla respuesta

a la pregunta de “ ¿Me ama o no me ama?”;

para hallar esa respuesta sencilla

a la pregunta de “ ¿Será o no será?”

¿Cuántos pétalos de flores deshojadas

alfombran el destino de los enamorados inciertos?

¿Cuántos pétalos de flores deshojadas

cubren las desdudadas dudas de todos aquellos

que buscan la ansiada respuesta?

Recuerdo aquella primera vez

en la que tomé entre mis dedos

una frágil margarita que solitaria

encontré al borde del camino.

La miré con la sincera esperanza

que latía en este corazón enamorado

que palpitaba, de duda en duda,

en una juventud ya lejana.

Antes de arrancar el último pétalo

de su receptáculo

ya conocía la respuesta a mi pregunta.

¿Por qué deshojar esta flor de flores

para pretender obtener esa anhelada respuesta

que habita en mi corazón?

¿De dónde mi temor?

¿De dónde mi zozobra?

¿De dónde esas dudas

cuyas respuestas tienen un único origen?

No he vuelto a deshojar una flor,

pero sí he disfrutado de su tacto

y de su fragancia y de sus colores,

desdudando mis dudas en ese rinconcito

del corazón donde aguardan, pacientes,

todas las respuestas.

José Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Dónde quedaron aquellos sueños

que soñaste cuando soñabas?

¿Cuándo decidiste dejar de soñar?

¿Cuándo decidiste dejar de vivir?

Recuerdo escuchar tu voz

cuando aún era un niño

y veía cómo la luz iluminaba

esa mirada tuya tan azul,

tan clara, tan intensa, tan profunda.

Soñaste con lo que ibas a hacer

cuando cumplieras la treintena.

Soñaste con lo que ibas a hacer

una vez cumplidos los cuarenta.

Soñaste con lo que ibas a hacer

al día siguiente de cumplir cincuenta.

Soñaste con lo que ibas a hacer

llegado el día de tu jubilación,

ese día que nunca llegó

pues dejaste de cumplir años

aquel día de septiembre

en el que la muerte vino a buscarte

mientras dormías, mientras ya no soñabas.

Soñaste dormido y soñaste despierto.

Los sueños se fueron difuminando

con el pasar de los años

sin llegar a ser alcanzados,

unos quizá diluidos,

otros quizá olvidados.

¿Cuántos sueños desvanecidos en la nada?

Recuerdo escuchar tu voz

una lejana tarde de primavera,

viendo cómo una sombra ensombrecía

esa mirada tuya tan profunda,

tan intensa, tan clara, tan azul.

Persigue cada uno de tus sueños,

decías,

hasta lograr alcanzarlos,

sin prisa, pero sin demora

pues el tiempo todo lo devora

y una mañana despertarás

habiendo olvidado cómo se sueña,

habiendo olvidado cómo se vive.

Soñaré hoy un sueño por perseguir

y si no lograra alcanzarlo

volveré a soñar otro sueño,

y otro, y otro.

Mañana, mañana aún está por llegar

al igual que muchos otros sueños,

y otros, y otros, y otros más.

José Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Hola! Ese poema es mío. No hay problema en compartir reconociendo la autoría. Gracias!
Amanece la ciudad

silente de la habitual melodía

que orquesta ese tráfico constante

de vehículos diversos y transeúntes

en busca de sus destinos.

Aún permanecen encendidas farolas

con sus luces ambarinas, unas,

y con su blanco frío otras,

iluminando ahora nada,

mientras este sol de primavera

alfombra de luces y sombras,

parques, aceras y el ennegrecido asfalto.

Escucho lejano el rumor del agua

de ese arroyo artificial que incansable

recorre el parque.

Ahora me llega el alegre ladrido de un perro,

quizá provocado por esta primavera

que de nuevo nos acompaña,

o tal vez animado por los juegos

que su paseante le procura.

El canto alegre de un mirlo

acompaña mi mañana,

recordándome la belleza de una Naturaleza

que nos regala sonidos, colores y fragancias

que acarician nuestros sentidos.

Poco a poco la ciudad despierta

y se va perdiendo el silencio;

sonidos viejos y nuevos que nos acerca el viento,

rompen con su llegada este amanecer sereno.

Ruidos metálicos que, sin duda, brotan

del paso de un camión de la basura.

Una aguda sirena se abre paso,

con inusitada insistencia,

seguro nace de un vehículo de emergencias.

Estrépito provocado por el paso

de una moto sin silenciador

rompe este aire inundando

con su desagradable eco

todo el espacio, todo el tiempo.

Sonidos que me recuerdan

que la vida continúa

y que no se detiene por nada,

ni por nadie,

mientras la ciudad despierta,

mientras la ciudad duerme.

José Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Me gusta la primavera;

quizá porque nací un mes de mayo

de hace ya algunos años.

¿Cuántos?

Qué más da, no es la razón,
... (ver texto completo)
La vida es esa tragicomedia

que se inicia cuando se levanta el telón

en ese preciso instante en el que llegamos,

finalizando cuando se baja el telón

en ese instante preciso en el que partimos.

Esa primera escena que llena de luz y color

todo el patio de butacas,

donde diferentes espectadores, pocos al principio,

disfrutan del comienzo de la función sin saber,

realmente, en cuántos actos se divide

este espectáculo de vida,

con un auditorio cambiante según avanza

el pasar de las escenas

y tú siempre sobre las tablas hasta el final.

En cada vida solo hay un actor principal,

tú mismo,

pero sin concha ni apuntador

que pueda ayudarte a salvar la escena.

Pertenezco a una estirpe de cómicos

por varias generaciones

y me siento muy orgulloso de estos orígenes

tan diferentes a los de muchos otros,

ni mejores ni peores, pero sí diferentes.

Una troupe familiar que viajaba

de pueblo en pueblo buscando lugares

en los que mostrar que la vida es sueño

y los sueños vida son,

con un extenso repertorio

haciendo así las delicias de unos espectadores

que ávidos de teatro y de noticias

llenaban cada tarde y cada noche

lugares con escenarios improvisados,

plazas donde nada había antes de su llegada,

teatros con bambalinas y candilejas

permitiendo que la magia del espectáculo

llenase de vida cada rincón.

Prestar tu cuerpo y tu voz,

tu risa y tu llanto,

tu soñar y sentir…

a diferentes personajes que cobraban vida,

esa vida que el autor había escrito en el libreto.

Diferentes actos han jalonado

y jalonan mi representación;

diferentes ‘mutis por el foro’

he protagonizado antes de tiempo

o con el tiempo ya cumplido.

Mas se acerca, espero que sin prisa,

el final de esta mi tragicomedia

y cuando se baje el telón

no esperaré aplauso alguno,

procuraré partir en silencio

y ligero de equipaje,

igual que cuando se levantó el telón

un día de primavera de aquel lejano año.

.
José Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Soy padre.

El día que nació mi hijo,

mi primer hijo, mi único hijo,

fue sin lugar a dudas

el día más feliz de mi vida.
... (ver texto completo)
buenas tardes, hay hoteles en morgovejo?
Si pudiera detener las guerras,

todas y cada una de las guerras,

no tengo duda alguna

en que las detendría,

pero no tengo una barita mágica.

Desterraría al oscuro e incierto

Universo conocido y desconocido,

sin causarles ningún daño,

acompañados tan solo

por su solitaria soledad,

a los sátrapas indecentes,

a los dictadores inmorales,

a los tiranos impúdicos,

a los déspotas repugnantes,

a los opresores canallas,

a los autócratas viles,

a los falsos profetas…

Quizá, y solo quizá,

quedaría más espacio,

en este lugar al que llamamos Mundo,

para el pensamiento y la reflexión,

para la paz y la armonía,

para la solidaridad y la esperanza.

Aceptaría, sin duda alguna,

la desobediencia debida

que nunca debió ser obedecida

de todos aquellos y aquellas

que volvieran sus espaldas

a los cobardes que montan las guerras

para enriquecer y enriquecerse

con el dolor y el sufrimiento ajeno;

que volvieran sus espaldas

a los cobardes que tan solo viven

para saciar la insaciable hambre desmedida

del que ejerce un poder absoluto

sobre inocentes,

ebrios de esa bilis que les habita.

Abriría mis brazos de par en par

a los que se detuvieran, en silencio,

ante las voces de aquellos

que vociferan y gritan:

avanzar,

disparar,

matar,

aniquilar,

arrasar,

asesinar,

devastar…,

por el simple hecho de alimentar

ese ego desmedido y enfermizo

que les palpita entre las piernas.

Si pudiera detener las guerras,

todas y cada una de las guerras,

no tengo duda alguna

en que las detendría.

.

José Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Subir hasta las nubes

y tocar el cielo,

sin perder contacto con el sufrido

latido de la Madre Tierra.

Subir hasta las nubes
... (ver texto completo)
Qué fácil se organiza una guerra

parapetándose tras una mesa de despacho.

Qué fácil es dar órdenes

cuando tú no las vas a tener que cumplir.

Qué cobardes son los valientes

que para aplacar su locura asesina

envían al frente a otros

para matar y expulsar, sin excusa alguna,

a hombres, mujeres y niños.

Ninguna justificación justifica lo injustificable

por muchas razones peregrinas y absurdas

que el parapetado cobarde pretenda presentar

frente a los suyos, o frente a los no suyos.

Da igual cómo le definas

da igual cómo le nombres

da igual cómo le llames

porque todo lo que no sea él

le importa sencillamente nada.

Puedes llamarle sátrapa, fascista,

genocida, asesino, cobarde…

Sí, cobarde, pues solo el cobarde

es capaz de asesinar de forma indiscriminada

para alimentar su propio ego y sinrazón.

El éxodo que provoca una guerra,

sea en el lugar que sea del mundo,

no tiene razón alguna.

Intereses económicos alimentan las guerras,

intereses personales alientan las guerras.

¡No a las guerras! ¡No a la guerra!

Me veo reflejado, junto con mi familia,

en las imágenes que llegan por los medios.

Escucho el llanto y sufrimiento de los niños

como si fuera el de mis propias hijas.

Siento en mi la desesperación de padres

que deambulan sin rumbo cierto,

o se esconden en sus casas o refugios

intentando proteger a los suyos.

Percibo el enfado, la rabia y el dolor

de los que quieren regresar

para ayudar y defender

a los que son masacrados y expulsados.

¡Parad la guerra!

¡Parad esta guerra!

¡Parad todas las guerras!

No permitáis,

no permitamos que los cobardes asesinos

sean los que decidan el futuro de la humanidad,

pues si lo dejamos en sus manos…,

ni habrá futuro

ni habrá humanidad.

José Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Buenas tardes. Me llamo Mª del Pilar. Recientemente me he enterado que unos de mis antepasados nacieron y vivieron en Las Muñecas. Os pongo los nombres y apellidos por si a alguien le suenan... José Merino e Isabel de Revilla (matrimonio) y su hijo Cipriano Merino de Revilla (se casó en Bustillo de Cea) José e Isabel eran los abuelos de mi tararabuela y Cipriano su abuelo.
Un saludo desde Zaragoza!
Siento ensombrecida la luz

que se acerca hasta esta mi ventana,

en un amanecer silencioso,

este extraño domingo de febrero.

No albergan nubes el azul del cielo
... (ver texto completo)
He aprendido a caminar

con el corazón en la mano.

He aprendido a caminar

dejando que mis pies

marquen el rumbo y el ritmo.

He aprendido a caminar

bajo cielos inciertos

y sobre una tierra que palpita

ávida de nuevas huellas.

He aprendido.

He aprendido a vivir

con mis ojos de par en par.

He aprendido a vivir

dejando que los nuevos amaneceres

despierten lo que estaba dormido.

He aprendido a vivir

observando todo lo que me rodea

sin importarme la estación del año

ni el lugar del que proceda.

He aprendido.

Y quiero seguir aprendiendo

y quiero seguir viviendo

y quiero seguir caminando

y quiero seguir mirando,

sin perder ni un solo instante

de este tiempo regalado

que la vida me procura,

ahora, que por fin he despertado.

He aprendido,

y espero seguir aprendiendo.

José Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Todas las mañanas me levanto temprano

y en un santiamén me lavo la cara y las manos.

Camino del colegio salgo tan contenta

cruzando aceras y calles siempre muy atenta.

En la puerta ya esperan Ana, Alicia y Rodrigo
... (ver texto completo)