Para encontrar las primeras noticias de
Santa Cristina de Valmadrigal es necesario remontarse al año 906, de acuerdo con un documento fechado en 924 con cita expresa del
monasterio de
San Salvador en la villa. La
iglesia de la localidad destaca por su imponente
torre fortaleza. Además de pinturas de interés, este templo posee un magnífico
retablo barroco del siglo XVIII cuyo artífice fue José de Margotedo. El 15 de octubre de 1690 el cura y mayordomo de Santa Cristina de Valmadrigal se ajustan con Margotedo para que les haga el retablo mayor de su iglesia, el costo del mismo ascendería a 3.850 reales y se tendría que concluir para el día de Santiago del año siguiente.
Este retablo tetrástilo tiene banco de netos con tarjetas de festones colgantes que sostienen las cuatro
columnas salomónicas del cuerpo principal.
Marcos con tarjetillas, acodillamientos en los tambanillos que se decoran con tarjetas, entablamento con modillones y cogollos y ático con arbotantes ramados que enmarcan la
hornacina central con machones festonados presentan todas las constantes de este maestro.
Particular atención merece todo su ático en perfecta consonancia con el artesonado de la
capilla. Su conjugación es perfecta. En tan poco espacio, el maestro logró una perfecta consonancia de ambiente.
De las imágenes originales del primer retablo están la titular, Santa Cristina, San Antonio, y actualmente se ha vuelto a colocar a
Santo Domingo. Habiéndose retirado la imagen de la
Virgen de Gallegos para emplazarla en su
altar original. La única imagen que no está en su sitio es el Crucifijo, lugar que está ocupado por San Miguel.
La
ermita del
Cristo con su
espadaña se ha convertido en el símbolo icónico de la población. El escritor Ruiz de Alarcón sitúa la acción de su comedia "Los pechos privilegiados" (1634) precisamente en esta localidad. En Santa Cristina es posible contemplar una rico patrimonio de
bodegas y
palomares que despertará la curiosidad del viajero. Las investigaciones llevadas a cabo por el historiador Justiniano Rodríguez sobre el señorío de Valmadrigal revelan la pujanza que tuvo esta población a finales del siglo XIV, época en la que Santa Cristina contaba con varias cofradías, una de ellas llamada de Santiago, un
hospital e incluso un
palacio rodeado por un gran viñedo. Entre Santa Cristina y Castrovega se encontraba el poblado de Gallegos, asentamiento surgido en 1165 y desaparecido en el siglo XV, a causa de la guerra, la peste y las calamidades. En el solar donde se ubicaba este
pueblo siguen apareciendo tejas y otros restos. La gran frecuencia del apellido Gallegos en la zona se explica porque las personas que se apellidan así son descendientes de quienes tuvieron que abandonar aquel pueblo para trasladarse a Santa Cristina.
El señorío eclesiástico de Valmadrigal estaba formado por
Castrotierra,
Matallana, Santa Cristina, Castrovega y otras poblaciones situadas en la zona regada por el
río Madrigal y sus afluentes. El
valle del Madrigal, espacio geográfico donde se asentaba el señorío, era más frondoso en la lejana Edad Media. Los obispos de
León ostentaban la titularidad del territorio.