Rogelio: Tu silencio se nota en el foro. Mis cartas no han tenido respuesta tuya, y de los otros solamente un momento y después nada. Pero mi URL está esperando direcciones para poder entablar un intercambio de opiniones.
Te contaré algo más de aquellos días que pasé por allá. Fueron días muy bien aprovechados, hable con gente, vi cosas, recordé momentos y gentes y también comprendí que hay cosas que ya no son. El tiempo pasa, y nunca un día es igual que otro. El sol sale por el mismo sitio, pero no brilla igual.
Hable con gente que no veía en muchos años, y vi que todos han cambiado, (excepto yo que sigo con el mismo espejo, y él, muy amable me retorna siempre la misma imagen). Pensamos de manera diferente según el sitio donde nos ha tocado desarrollar nuestra vida, la salud, mala en algunos casos se oculta con un vamos tirando, otros están muy bien pero se han jubilado ya por que el tiempo les ha llegado; nos hemos hecho reservados y hablamos con medias frases. La gente del pueblo cada cual tiene su problema y cuando pesa el tiempo ya sabrás que eso es lo más importante.
Por estos días el pueblo debe estar ya sumergido en el despoblamiento del invierno. Los viejos se habrán marchado con los suyos y los no tan viejos pues a la capital que allí se está mejor, o eso dicen. Tuve una charla sobre este tema un día con un personaje y su vida durante los meses de invierno en la ciudad era: me levanto tarde, me bajo al bar a tomarme algo y charlar con el personal, después dar una vuelta, el vinillo y a comer. Después la partida y quizá al cine, aunque muchas tardes, bueno casi siempre me vengo y nos vamos a la bodega a merendar y hasta que se hace la hora, después para León otra vez y a dormir. Y así van pasando los días.
Quien sabe, quizá algún día se enteren que eso es que sin el pueblo les falta algo, y al pueblo sin ellos también.
Como te decía, el pueblo está vivo, muy vivo, pero con un gran problema: la desmoralización, la apatía, el creer que siempre lo de fuera es bueno y lo nuestro malo, el aquí no se puede vivir, esto se muere etc. etc.
Comentando esto con un contemporáneo, me decía: es que aquí en invierno sales a la calle y no ves a nadie, están todas las casas cerradas.
Le pregunté: ¿tu en la capital, te pasas el día en la calle, o solamente sales un ratito a dar un paseo hacer la compra etc y despues te encierras en la jaula? y ves mucha gente pero, ¿con cuántas personas hablas a lo largo del día? A cuantas saludas? ¿Tienes a alguien a quien poder hacer una confidencia, contar un problema, pedir ayuda en una necesidad? Mucho me temo que no. En el pueblo en cambio disfrutas de todo eso, pero no le das importancia.
Cuando se cambie la moda de irse a vivir a la ciudad como calidad de vida, entonces el pueblo será un pueblo con vida a la vista y con un poco de unión entre la gente vivirá un resurgir esplendoroso. Ojalá alguien vea pronto el negocio excelente que se puede hacer y lo ponga en marcha, pero para eso se necesita alguna cosa más que resignación.
A ver quién es el próximo en ponernos una parrafadita y nos cuenta su parecer o alguna noticia.
Un saludo a todos y dos a los amigos.
Te contaré algo más de aquellos días que pasé por allá. Fueron días muy bien aprovechados, hable con gente, vi cosas, recordé momentos y gentes y también comprendí que hay cosas que ya no son. El tiempo pasa, y nunca un día es igual que otro. El sol sale por el mismo sitio, pero no brilla igual.
Hable con gente que no veía en muchos años, y vi que todos han cambiado, (excepto yo que sigo con el mismo espejo, y él, muy amable me retorna siempre la misma imagen). Pensamos de manera diferente según el sitio donde nos ha tocado desarrollar nuestra vida, la salud, mala en algunos casos se oculta con un vamos tirando, otros están muy bien pero se han jubilado ya por que el tiempo les ha llegado; nos hemos hecho reservados y hablamos con medias frases. La gente del pueblo cada cual tiene su problema y cuando pesa el tiempo ya sabrás que eso es lo más importante.
Por estos días el pueblo debe estar ya sumergido en el despoblamiento del invierno. Los viejos se habrán marchado con los suyos y los no tan viejos pues a la capital que allí se está mejor, o eso dicen. Tuve una charla sobre este tema un día con un personaje y su vida durante los meses de invierno en la ciudad era: me levanto tarde, me bajo al bar a tomarme algo y charlar con el personal, después dar una vuelta, el vinillo y a comer. Después la partida y quizá al cine, aunque muchas tardes, bueno casi siempre me vengo y nos vamos a la bodega a merendar y hasta que se hace la hora, después para León otra vez y a dormir. Y así van pasando los días.
Quien sabe, quizá algún día se enteren que eso es que sin el pueblo les falta algo, y al pueblo sin ellos también.
Como te decía, el pueblo está vivo, muy vivo, pero con un gran problema: la desmoralización, la apatía, el creer que siempre lo de fuera es bueno y lo nuestro malo, el aquí no se puede vivir, esto se muere etc. etc.
Comentando esto con un contemporáneo, me decía: es que aquí en invierno sales a la calle y no ves a nadie, están todas las casas cerradas.
Le pregunté: ¿tu en la capital, te pasas el día en la calle, o solamente sales un ratito a dar un paseo hacer la compra etc y despues te encierras en la jaula? y ves mucha gente pero, ¿con cuántas personas hablas a lo largo del día? A cuantas saludas? ¿Tienes a alguien a quien poder hacer una confidencia, contar un problema, pedir ayuda en una necesidad? Mucho me temo que no. En el pueblo en cambio disfrutas de todo eso, pero no le das importancia.
Cuando se cambie la moda de irse a vivir a la ciudad como calidad de vida, entonces el pueblo será un pueblo con vida a la vista y con un poco de unión entre la gente vivirá un resurgir esplendoroso. Ojalá alguien vea pronto el negocio excelente que se puede hacer y lo ponga en marcha, pero para eso se necesita alguna cosa más que resignación.
A ver quién es el próximo en ponernos una parrafadita y nos cuenta su parecer o alguna noticia.
Un saludo a todos y dos a los amigos.