Por si no fuese a visitaros en vuestro día, ahí va hoy, junto a mi plegaria y mi respeto y a cual si fuere un ramillete de flores, la vivencia de un hombre un tiempo atrás. Quizá a alguien le suene de algo.
EXISTE mucha gente que confunde
la muere con el fin... Y ante la muda
quietud del camposanto, se desnuda
el miedo que la muerte les infunde.
Pobre ha de ser la ley en que se funde
tan menguada razón, mas con su ayuda
lo cierto es que el fantasma de la duda
aniquila las almas y las hunde.
Rogelio, hombre de fe, que trabajaba
cerca la tierra, siempre que pasaba,
al ir o al regresar, con calma o prisa,
detenía la yunta junto al barro
en ruina de la tapia y desde el carro
enviaba a los muertos su sonrisa.
De A. Q. B. poeta de la tierra del llano que entendió tan bien la forma de vivir de nuestras gentes de hace cincuenta años.
EXISTE mucha gente que confunde
la muere con el fin... Y ante la muda
quietud del camposanto, se desnuda
el miedo que la muerte les infunde.
Pobre ha de ser la ley en que se funde
tan menguada razón, mas con su ayuda
lo cierto es que el fantasma de la duda
aniquila las almas y las hunde.
Rogelio, hombre de fe, que trabajaba
cerca la tierra, siempre que pasaba,
al ir o al regresar, con calma o prisa,
detenía la yunta junto al barro
en ruina de la tapia y desde el carro
enviaba a los muertos su sonrisa.
De A. Q. B. poeta de la tierra del llano que entendió tan bien la forma de vivir de nuestras gentes de hace cincuenta años.