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La tormenta.
Corriendo por el cielo,
pasan veloces los carros
cargados de morrillos
y tirados por briosos
caballos. En el cielo
pon, pon, porompomponbb….
Silencio, relámpago,
y otra vez; pon, pon, porrompompombb…
Los carros siguen corriendo,
los caballos piafando.
Retumbaba sordo el cielo
y miedoso temblaba el suelo,
la tarde se hizo noche,
y allá, junto a la puerta
de la bodega, Lito,
nos explicaba el cuento
de aquella gran tormenta.
Mentira, porque los carros,
si que hacen mucho ruido
si van cargados con piedras
tan gordas que un niño grande
no puede con ellas, pero……
como van a correr y correr
los carros por el cielo,
se caerían con tanto peso.
Corriendo por el cielo,
pasan veloces los carros
cargados de morrillos
y tirados por briosos
caballos. En el cielo
pon, pon, porompomponbb….
Silencio, relámpago,
y otra vez; pon, pon, porrompompombb…
Los carros siguen corriendo,
los caballos piafando.
Retumbaba sordo el cielo
y miedoso temblaba el suelo,
la tarde se hizo noche,
y allá, junto a la puerta
de la bodega, Lito,
nos explicaba el cuento
de aquella gran tormenta.
Mentira, porque los carros,
si que hacen mucho ruido
si van cargados con piedras
tan gordas que un niño grande
no puede con ellas, pero……
como van a correr y correr
los carros por el cielo,
se caerían con tanto peso.