SANTA CRISTINA DE VALMADRIGAL: Las velas en la iglesia, en otro tiempo al menos, no...

Parece una estampa común, en todos los pueblos había viejas, viejas envueltas en crespones e indumentarias negras, la luz de las velas y velandones de los acheros de la iglelsia al atardecer y ya oscuro en invierno, creaban una atmósfera gris, casi en penumbra y allí se deslizaban los rezos sibilantes de las gargantas de las viejitas que bisbiseaban degranando las avemarías del rosario que puntualmente cada día y a a la misma hora, hiciera como hiciera, nadie faltaba al rosario si la enfermedad no la retenía en cama.. Pocas luces había en mi tiempo, por eso yo no viví tanta oscuridad y reconocía a todas las viejitas del momento.
Cómo y qué bien sigues describiendo esos momentos vividos, por ti parecen realmente autobiográficos. Rogelio con espíritu joven, aunque por tus relatos y éste me lo confirma, eres anterior a la llegada de la luz a los pueblos? yo soy posteriór, pero te diré que viví la llegada de la radio y por supuesto la televisión.-En ambos casos, yo lo escuchaba y la veía el primero en casa de alguna amiga y la tele en casa de mi tía.
Estas todo el tiempo en Santa Cristina? yo voy en agosto al pueblo, el resto del tiempo lo paso en Fermoselle, Zamora. Gracias por compartir tus relatos.

Las velas en la iglesia, en otro tiempo al menos, no eran solamente para iluminar, si no que eran ofrendas a algún Santo, Virgen o incluso a veces era al altar de... y se encendían en las celebraciones del Santo, Virgen etc., y también en otras celebraciones de oficios, pues su misión era entre otras la de dar brillo, luz, al altar del santo del devoto ofertante. Por eso, quizá, se conseguía aquel clima cálido de fe, que hoy, al menos yo, no he visto en muchos años ha.
Quizá algún día comente algo sobre lo que fue la llegada de la TV al pueblo, a las casas del pueblo, y sobre todo, a nuestra vida.
Si, Felicidad, siempre estoy en el pueblo, porque yo soy hombre de pueblo, más que los cardos, aunque con menos pinchos.
Me encanta que alguien me dé las gracias por algo que yo he escrito, eso significa que ese alguien ha sido feliz leyéndoles, aunque fuera solo unos segundos.
Ya sabes, la gente de esta tierra, acostumbra a ver, pensar y aplaudir en silencio, calladamente, sin estridencias; solo el murmurar lo hace en voz alta.
Ya se sabe que cuando se murmura, siempre es de alguien que no está presente.