Gracias Rogelio, eres un pintor extraordinario. Me encanta tu forma de expresarte, tan real y tan viva que puedo imaginar donde te encuentras. Mientras leo tu relato, hago lo mismo yo paseado por San Justo de los Oteros, o cuando cruzaba Gusendos y San Pedro y Santa María y veía con tristeza aquellas tapias caídas y tejados hundidos, y como en un sueño regresaban sus antiguos habitantes y llenaban de vida esos lugares que como dices las madres lograban hacer de unos habitáculos gélidos, cálidos refugios, dulces hogares donde el calor humano abrigaba el alma en un ambiente desolado. Cómo pinchas ese globo de la aparienica prepotente y fatua, de quienes intencionadamente se desclasan o pierden su identidad, porque se han desarraigado y arrancado de su origen humilge pero grande, noble y bueno, del que han salido mujeres y hombres con talento, que parece haberlo perdido entre la nebulosa que les envuelve y despersonaliza sin que se den cuenta, porque nosotr@s sí sabemos quienes son. Te dejo hasta nuevos relatos. Estas niñas y niños de la fto son quintos míos.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.