Y aquellas tardes de trilla, se fueron.
Y se fueron las mañanas, y el cantar asturianadas en las noches buenas volviendo de Matallana.
A voz en grito, sí. Más que cantando, desgañitando.
Y nuestros sueños olvidados, y nuestros caminos separados.
Y, ¿no serás tú ese cabronazo, verdad?
Y yo esquivando, que no negando.
¡Ah, la vida se nos pasa!
Y wasapes comunican…
¡Doblad, campanas, con suspiros largos, largos…!
Doblad, campanas, sí, doblad.
Por él y por mí.
Que nunca más volveremos a ver el verde de la otoñada.
¡Alzad el vaso, amigos, y conmigo, por su memoria bridad!
Y se fueron las mañanas, y el cantar asturianadas en las noches buenas volviendo de Matallana.
A voz en grito, sí. Más que cantando, desgañitando.
Y nuestros sueños olvidados, y nuestros caminos separados.
Y, ¿no serás tú ese cabronazo, verdad?
Y yo esquivando, que no negando.
¡Ah, la vida se nos pasa!
Y wasapes comunican…
¡Doblad, campanas, con suspiros largos, largos…!
Doblad, campanas, sí, doblad.
Por él y por mí.
Que nunca más volveremos a ver el verde de la otoñada.
¡Alzad el vaso, amigos, y conmigo, por su memoria bridad!