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SANTA CRISTINA DE VALMADRIGAL: Está lloviendo en el puerto, está lloviendo....

Está lloviendo en el puerto, está lloviendo.
Lluvia larga y pesada, sin tregua en el tiempo.
Lluvia que dura del verano al invierno, y el resto del tiempo.
Los marineros se alejan del puerto.
No van a la mar, si no tierra adentro.
Los días pasan pero sigue lloviendo en tú puerto.
A solas están la barca y el marinero, patrón del aguante al guantazo más fiero.
Y sigue lloviendo en el puerto.
Dicen en el pueblo que el patrón se tiene ganado el cielo.
Carpintero, carpintero: ¡Que Neptuno te envíe un día, vientos suaves y frescos!
Y un día se pongan de popa, de tu paciencia, tu fe, y mi pensamiento.
¡Ay, cómo cabecea en aguas tan duras tu barca sin remos!
¡No estás solo, marinero!
En este mar de la vida yo voy también en una barca sin remos.
En algún tropezón de la vida, perdí el timón, el sextante, y el cuaderno.
Mas, carpintero, aunque lo parezca, no van nuestras barcas a la deriva, no, que las gobierna el mejor piloto del cielo.
No entendemos, a veces, porqué ese rumbo o ese tiempo, pero los dos sabemos que nos llevan derechito al puerto.
A ese puerto donde llueven sonrisas y luce radiante el sol eterno.