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SANTA CRISTINA DE VALMADRIGAL: Las cacharras en la calle en el remolque, y el “remolquin...

Las cacharras en la calle en el remolque, y el “remolquin enganchau al amoto” enfrente de la casa “dElicio” donde hacen el queso los queseros, viven, crían niños y le ponen a la vida lo que esta les pida y aún un poco más.
Creo que por entonces esta gente utilizaba ya ese reloj que acojona un poco a los tibios, porque solamente marca la hora de empezar el trabajo, las otras se le borran todos los días.
Y luego fue la casa del Gitano, llena de niños, y la cochinera y el cauce, y los pastores llevando la leche recién ordeñada.
Recuerdos son de mañanas doradas y frescas, de luz y aire transparente, de voces claras, alegres, resonando por las calles; de mujeres con escobas barriendo las portaladas, y el pasar de los pastores y ganaderos llevando la leche en cántaros o cayadas, y Caya secándose las manos en el delantal y corriendo para medirla y contarla.
Y luego nos dijeron que era la señora Caya y después, la tía Caya, pero yo siempre recuerdo que para mi madre era Caya, Caya la lechera, apellido que la distinguía de la otra Caya, Caya la farruca, hija del pueblo y como todos con su historia, con sus alegrías y sus penas; siempre la vi vestida de negro.
Y se nos ha ido, Caya, la lechera.
Hace cuatro días decidió emprender el último viaje, y se fue.
¡Descanse en paz, Señora Caya!