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SANTA CRISTINA DE VALMADRIGAL: Aquí ha llovido....

Aquí ha llovido.
Hace frío.
El cielo es gris, apagado, como sin ganas.
Este marzo, ya mediado, sin sol ni viento, gris y quieto, tiene pocos parientes en mi recuerdo. Los más, son más bien de días cálidos, crecidos, con atardeceres luminosos.
Pero no todos.
Recuerdo un día, ya muy, muy lejano, en que yo era un chaval soñador, pero el campo no entendió nunca de sueños y me tenía con las manos en el mango del azadón cavando barcillares, con el viento cortante entrando por los agujeros del viejo jersey y llevándose con él, el calor del esfuerzo, y en los momentos de recuperar un poco el aliento, miraba al cielo cubierto de nubes grises y blancas que hacia volar el viento.
¡Qué duros, y que hermosos momentos!
En una de esas ocasiones, al soplarme en los dedos un poco de calor con mi aliento ¡qué frío hacia demonio!, vi pasar por la carretera un camión que escrito con granes letras exhibía: YA ES PRIMAVERA EN EL CORTE INGLES, y pensé, aquí qué lejos queda aún su presencia.
Y despué me preguntaba, cómo sería la primavera en la gran ciudad si llega tan pronto, porque aquí es tarda pero cuando llega es tan bella…. Ahora ya viejete, pienso que a la gran ciudad la primavera le es indiferente, que ese canto de la vida, cuando llega, ni lo siente.
Este año aquí en mi campo gris y frio solamente los cantores del alba me dicen que la primavera está llamando a la puerta.
Los mirlos al caer la noche tienen desafíos de melodías. Y espero ya pronto, si el tiempo cambia, los trinos de las golondrinas.
¿Me saludarán cuando vuelvan cómo hicieron el otro año?
Esperar para ver.
La vida siempre es espera.