A punto está ya de caer la ultima hoja del calendario.
Tengo para mí, la sensación, de que no veré caer la última del próximo.
Cada vez pesan más las cosas, sobre el cuerpo y sobre el alma.
Las fuerzas van mermando.
Antes se soportaban mejor los guantazos que la vida nos da; ahora, cosas antes pequeñas, encogen el alma.
Me rondan tiempo ha, sombras familiares que suelen avisarme de despedidas.
¿Y si esta despedida fuere la mía?
No me asusta la marcha, ni tengo prisa por iniciarla.
Cuando EL me llame allí estaré. Mas, antes de que lo haga, olvidarme debo de esos detalles y vivir la vida como si nunca se hubiere de terminar.
Como siempre, o casi, he hecho.
Saldré al aire frio de la noche clara de este invierno nuestro, para mirar las estrellas, pisaré la escarcha, como antaño, y buscaré en el pozo de los recuerdos algún rescoldo de mi juventud.
Quizá quede, entre tanta telaraña, alguna ilusión de tantas perdidas, a la que aferrarme.
A la puerta de la ermita ha nacido un niño. Adentro, un Cristo pequeño que siempre espera, y en la plaza, en la plaza reina el silencio.
¿Porqué sitio mejor transitarán los días?
FELICES días a todos.
¡Que nos venga preñado de alegrías el año que se aproxima!
Tengo para mí, la sensación, de que no veré caer la última del próximo.
Cada vez pesan más las cosas, sobre el cuerpo y sobre el alma.
Las fuerzas van mermando.
Antes se soportaban mejor los guantazos que la vida nos da; ahora, cosas antes pequeñas, encogen el alma.
Me rondan tiempo ha, sombras familiares que suelen avisarme de despedidas.
¿Y si esta despedida fuere la mía?
No me asusta la marcha, ni tengo prisa por iniciarla.
Cuando EL me llame allí estaré. Mas, antes de que lo haga, olvidarme debo de esos detalles y vivir la vida como si nunca se hubiere de terminar.
Como siempre, o casi, he hecho.
Saldré al aire frio de la noche clara de este invierno nuestro, para mirar las estrellas, pisaré la escarcha, como antaño, y buscaré en el pozo de los recuerdos algún rescoldo de mi juventud.
Quizá quede, entre tanta telaraña, alguna ilusión de tantas perdidas, a la que aferrarme.
A la puerta de la ermita ha nacido un niño. Adentro, un Cristo pequeño que siempre espera, y en la plaza, en la plaza reina el silencio.
¿Porqué sitio mejor transitarán los días?
FELICES días a todos.
¡Que nos venga preñado de alegrías el año que se aproxima!