A Miguel, Mariano y lo otros, buenos amigos que lo fueron y lo son.
Me duele al alma, me duele.
Me duele el cuerpo, y me duele el pensamiento, me duele el tiempo que se ha ido, me duele que yo me vaya en el tiempo, disuelto a ratos malos y buenos.
Me voy, agarrado a los recuerdos, a los buenos recuerdos, de tiempos malos y buenos, de amigos grandes que se perdieron, de buenos compañeros corre juergas, vaciadores de botellas, visitadores de las mejores mesas, de tertulias apasionadas, de empresas amorosas, descabelladas o ligeras, de los que me acompañaron en los momentos malos, de los que en los malos me acompañan, de los amigos realmente buenos.
Atrás quedan, en un rincón del recuerdo, los asaltos a palomares, las noches de bodegas, con mucho frío y más mosto, canciones, cuentos, historias. Las tardes plácidas, románticas paseadas, amaneceres fríos cubiertos de escarcha, salidas del sol, durmiéndola en la playa, noches de neón y de guitarras, revolotear de faldas, entrechocar de copas, y, resbalar de lágrimas.
Hoy, se pone el sol de mi tiempo. Caronte me está esperando, mas, no tengo moneda para pagarle. Dejadme al albur del tiempo!
Adiós, me llevo vuestro recuerdo. Eso, y mi fe, lo único que tengo.
Me duele al alma, me duele.
Me duele el cuerpo, y me duele el pensamiento, me duele el tiempo que se ha ido, me duele que yo me vaya en el tiempo, disuelto a ratos malos y buenos.
Me voy, agarrado a los recuerdos, a los buenos recuerdos, de tiempos malos y buenos, de amigos grandes que se perdieron, de buenos compañeros corre juergas, vaciadores de botellas, visitadores de las mejores mesas, de tertulias apasionadas, de empresas amorosas, descabelladas o ligeras, de los que me acompañaron en los momentos malos, de los que en los malos me acompañan, de los amigos realmente buenos.
Atrás quedan, en un rincón del recuerdo, los asaltos a palomares, las noches de bodegas, con mucho frío y más mosto, canciones, cuentos, historias. Las tardes plácidas, románticas paseadas, amaneceres fríos cubiertos de escarcha, salidas del sol, durmiéndola en la playa, noches de neón y de guitarras, revolotear de faldas, entrechocar de copas, y, resbalar de lágrimas.
Hoy, se pone el sol de mi tiempo. Caronte me está esperando, mas, no tengo moneda para pagarle. Dejadme al albur del tiempo!
Adiós, me llevo vuestro recuerdo. Eso, y mi fe, lo único que tengo.