Típicas leonesas y castellano-leonesas.
Es típica la
procesión en honor a
San Isidro patrón de los labradores, se celebra con gran solemnidad el 15 de mayo. Se saca el
Santo en procesión para bendecir los
campos y posteriormente a la misa se celebra una
comida de hermandad en la que el plato estrella por
tradición es el escabeche.
En la procesión se canta:
¡Oh san Isidro glorioso!
hoy en Santamar te aclaman
y tu auxilio poderoso
de ti el labrador reclama.
Este
pueblo fervoroso
viene a tus plantas postrado
pidiendo de corazón
que cuides de los sembrados
pidiendo de corazón que cuides de los sembrados.
La
fiesta de la
Virgen del
Río patrona del pueblo se celebra con gran solemnidad el 8 de septiembre en su procesión se canta el himno que se ha transmitido de padres a hijos en honor a la virgen y que dice así:
Virgen del Rio
nuestra patrona
que en nuestro pecho tiene su
altar
y reine siempre
triunfante en
Cristo
en este pueblo
noble y leal... etc
Otra
costumbre típica y ancestral es la procesión del Encuentro el día de Pascua. Ancestral porque las mujeres salen con la Virgen de la
iglesia por la derecha y los hombres con los niños el cura y el Niño Jesús por la izquierda para que el reencuentro se realice justo detrás de la iglesia donde se canta:
Contened madre amorosa, vuestra excesiva alegría, de hoy poder celebrar el misterio de este día.
El dolor, de vuestra madre, conviertes en alegría, por haber resucitado, dentro del tercer día.
Quita maría ese
manto y revístete de gala, que viene, resplandeciente, el hijo de tus entrañas.
Camina con Dios maría, camina gozosa al templo, y nosotros tus hijos vamos en tu seguimiento.
La canción es más larga este es un extracto de ella.
Promovido por la Asociación "Virgen del Río", en la actualidad se está recuperando la tradición de la
matanza del
cerdo, que se celebra el primer fin de semana de diciembre coincidiendo con el
puente de la Constitución.
La Luche leonesa artículo escrito por Pedro Llamas.
La concepción y conocimiento que tengo de la lucha leonesa repercutía favorablemente a la hora de confrontaciones con otras artes marciales. Fui aficionado de niño y
joven y habilidoso para esquivar con maestría y técnica empleando las tretas y artificios ingeniosos de esta lucha. Pienso que la lucha canaria tiene un parecido a la lucha leonesa. Ahora soy fiel amante seguidor de competiciones
Voy a dedicar unas palabras a la “lucha” aunque sea un nombre sin sensibilidad. Imaginémonos que es un ser viviente. Se alegrará de mis palabras por ser una manifestación de agradecimiento no nostálgica sino penosa y dolorosa por su desaparición.
Será un recuerdo de mi niñez que exprese mi gratitud y la de los amantes de esa diversión que tanto nos hizo gozar y disfrutar con las nobles y, a veces, furiosas y rabiosas luchas, simplemente por el orgullo de dar prioridad a la honra, estima, aprecio y reputación del pueblo junto con el agasajo y aplauso de los paisanos y vecinos de otros cercanos
pueblos.
En mis lejanos tiempos se organizaba la lucha sin pensar en posibles accidentes como rotura o estiramientos de miembros sino que el primordial motivo era que los asistentes de otros pueblos a la fiesta patronal disfrutasen de un divertido rato con anécdotas humorísticas por esa pelea de testarudos y tozudos en defensa del honor y honra del pueblo.
El segundo día de fiesta hacia las 11 de la mañana o más tarde se hacía el corro con la salida de niños del pueblo de la fiesta con los que había que luchar. Continuaba hasta conocer al mozo campeón siendo la hora de la comida que era más tarde. Luego el
baile nocturno donde había un espacio especial para las personas mayores dándonos una excelente lección del buen
bailar, a pesar de su avanzada edad. Después seguía el baile.
Considero una pena que la lucha haya desaparecido como una parte grata y divertida de las
fiestas de los pueblos. Manifiesto que siempre fue ocasión de comentarios agradables, discusiones acaloradas y apasionadas a causa de la defensa del contrincante de tal pueblo o comarca por su estilo de luchar.
Existían entrañables escenas de humor por las anécdotas que siempre ocurrían entre los participantes como la caída del cinto, la rotura del pantalón, cinto o algún calcetín al aire. Zapato no, porque se los quitaban por precaución al ser considerado un objeto arriesgado para los luchadores.
Destaco que la auténtica
escuela creadora de estos expertos en la lucha leonesa era
fruto de los hijos de
familias que trabajaban o poseían un
molino, al menos, por mi región. La dureza de la carga y descarga de los
carros con los costales de cereales y sacos de trigo formaban a los fornidos y curtidos mozos sin precisar otros ejercicios. Su diaria descarga y carga de los carros de los nobles y sencillos labradores que se aproximaban para moler era su excelente y práctico, recio y pertinaz entrenamiento.
Su mejor profesor era su experiencia de ese continuo costaleo que les hacía hábiles, diestros y ágiles para soportar una zancadilla, mediana o gocha y saber sacar al aire y con media vuelta completar la tarea, permanecer en un bello, elegante y diestro voleo y hacer frente a la riñonada que le intentase hacer su contrario siendo capaz de resistir sin el menor dolor y queja el pisar rápido de su pie.
Sus fuertes y grandes manos servían para arrastrar con paciencia a su contrincante, llevarle a su posición, echarle la gocha y lograr su caída por la bien planeada treta y astucia. Conseguía la victoria y su contrincante la salida del corro
2.
como perdedor pero ovacionado con una merecida, cariñosa y entusiasmada salva de aplausos en agradecimiento a su generosa y desinteresada participación
Esos forzudos molineros poseían su fuerza y energía por el permanente trajín del costaleo de carga y descarga de los carros de los campesinos que se acercaban al molino con sacos de trigo y costales de cereales para moler.
El duro traslado de sacos y costales para molienda les servía para aprender las tretas y mañas de la lucha. Su punta de pie ágil y manos para descargar y colocar todo del
carro dentro del molino menguaba el desgaste de fuerza y energía.
Este era el mejor ejercicio práctico para conservar sanos los músculos del cuerpo, brazos y piernas. Los músculos después de una descarga de costales de diversos cereales, quedaban en plena forma física para enfrentarse al mejor y más forzudo luchador de la región.
Las mañas y engaños, amagos y forcejeos de presión y tirantez, tirones débiles y tensas contraposiciones y contrapesos de ágiles sacudidas del luchador se sacan que son acciones realizadas con sacos y costales de trigo y cereales.
El trabajo del costaleo aunque nos parezca desordenado, mas dejando en libertad a nuestra imaginación, es donde se ven esas habilidades y tretas de la lucha..
En el orden y movimiento suave del costaleo es donde se encuentra oculta la trampa de la lucha, ya que es la función del cerebro e imaginación que origina la treta y maña. Esos movimientos de los participantes no son hechos aislados y promovidos al azar.
En los diferentes amagos e intentos de fuerza está la técnica destructora y vencedora del luchador que triunfará y derrotará al contrincante dando otro inesperado y fortísimo golpe que derribará al adverso competidor conquistando la victoria.