Una pequeña calle en un pueblo de España. Cuatro casas sin aceras sostenidas por la inercia de un tiempo que no volverá. Al perecer esa calle ha olvidado ya el bullicio infantil de los niños que correteban por ella y las voces de las madres llamando a sus hijos por las ventanas. Las ventanas están cerradas, aumentando el mutismo de la calle casi abandonada.
Unas nubes blancas se han asomado desde el cielo para ser testigos de esa soledad pueblerina que llena de paz el paisaje. Al parecer, acaba ... (ver texto completo)
Unas nubes blancas se han asomado desde el cielo para ser testigos de esa soledad pueblerina que llena de paz el paisaje. Al parecer, acaba ... (ver texto completo)