Hola a todos/as. Os cuelgo la noticia de la fiesta de la matanza. Gracias a todos/as por el dia tan feliz que hemos pasado, y también a todos/as que de una manera o de otra han colaborado. Saludos. Juan Carlos
Santa María del Río recupera sus ritos
Más de un centenar de descendientes del pueblo asistieron a la matanza
05/12/2010
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Los matarifes inician el despiece del animal tras el sacrificio y la limpieza de la piel.
Acacio
Organizadas por las Asociación Cultural Virgen del Río, la localidad de Santa María del Río celebró ayer la segunda edición de la matanza tradicional del cerdo. Con unos trescientos socios. la asociación cultural tiene como único objetivo mantener vivas las tradiciones de los pueblos, así como el intentar recobrar aquellas ya perdidas.
El ambiente festivo fue el protagonista en el pueblo junto con las bajas temperaturas. Desde muy primeras horas fue necesario hacer frente al intenso frío, nieve y la niebla, sin que estos lograsen restar protagonismo a la cita festiva. Muchos encontraron alivio al rescoldo de las llamas del chamuscado tradicional, una vez sacrificado el gocho, las pajas de centeno, el ingenio y las muchas ganas de sobreponerse a temperaturas de varios grados bajo cero, no restaron en ningún momento interés ni una amplia presencia de vecinos a lo largo de los actos programados.
La parva, por las casas. Para comenzar la jornada, nada mejor que el tradicional recorrido por los diferentes hogares de la localidad. La parva, como se le conoce tradicionalmente, consiste en recorrer las casas con el fin de degustar el tradicional orujo arreglado al tiempo que se acompaña de dulces caseros. Así, de un lugar a otro hasta recorrer todo el pueblo, los dulzaineros de Villamizar interpretaron múltiples y alegres melodías a lo largo del recorrido, protegidos de todo lo que impidiera hacer que la intensa niebla se apoderase de estos artistas del folclore popular que hoy en día continúan haciendo labores de trovadores en medio del mundo rural.
Como manda los cánones, previo al sacrificio, el animal fue aturdido. El ejemplar alcanzó en la romana un peso de 150 kilos. Una vez sacrificado, se procedió al chamuscado y su posterior limpieza, cañas de centeno, junto a ásperas escobas de ojeras, dejaron la piel del animal presta para su estazado y, una vez limpio, se procedió a su subasta entre los asistentes.
Desde Asturias. En el momento de sentarse a la mesa, un total de 130 asistentes llegado del otro lado del Pajares, concretamente un grupo de descendientes de Santa María del Río, pero con residencia en Asturias disfrutaron de un plato de preparado con 12 kilos de lacón, 8 de tocino, 30 chorizos, y otras tantas morcillas, que acompañaron a las fabes de la Granza, pertenecientes a la denominación de origen de Pola de Siero, todo en su debido punto.
Como no podía ser menos, la fabada llegó acompañada del tradicional postre, Arroz con Leche. Esto unido a la alegría y un ambiente familiar se complementó con licores cafés y orujos de la tierra al tiempo que la música se dejaba acariciar entre los asistentes.
Un año más la casa de la villa se ofreció como lugar de encuentro para los asistentes, la sobremesa sirvió para comentar y conocer un poco más de la vida en común de cuantos asistieron a la fiesta.
Santa María del Río recupera sus ritos
Más de un centenar de descendientes del pueblo asistieron a la matanza
05/12/2010
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Los matarifes inician el despiece del animal tras el sacrificio y la limpieza de la piel.
Acacio
Organizadas por las Asociación Cultural Virgen del Río, la localidad de Santa María del Río celebró ayer la segunda edición de la matanza tradicional del cerdo. Con unos trescientos socios. la asociación cultural tiene como único objetivo mantener vivas las tradiciones de los pueblos, así como el intentar recobrar aquellas ya perdidas.
El ambiente festivo fue el protagonista en el pueblo junto con las bajas temperaturas. Desde muy primeras horas fue necesario hacer frente al intenso frío, nieve y la niebla, sin que estos lograsen restar protagonismo a la cita festiva. Muchos encontraron alivio al rescoldo de las llamas del chamuscado tradicional, una vez sacrificado el gocho, las pajas de centeno, el ingenio y las muchas ganas de sobreponerse a temperaturas de varios grados bajo cero, no restaron en ningún momento interés ni una amplia presencia de vecinos a lo largo de los actos programados.
La parva, por las casas. Para comenzar la jornada, nada mejor que el tradicional recorrido por los diferentes hogares de la localidad. La parva, como se le conoce tradicionalmente, consiste en recorrer las casas con el fin de degustar el tradicional orujo arreglado al tiempo que se acompaña de dulces caseros. Así, de un lugar a otro hasta recorrer todo el pueblo, los dulzaineros de Villamizar interpretaron múltiples y alegres melodías a lo largo del recorrido, protegidos de todo lo que impidiera hacer que la intensa niebla se apoderase de estos artistas del folclore popular que hoy en día continúan haciendo labores de trovadores en medio del mundo rural.
Como manda los cánones, previo al sacrificio, el animal fue aturdido. El ejemplar alcanzó en la romana un peso de 150 kilos. Una vez sacrificado, se procedió al chamuscado y su posterior limpieza, cañas de centeno, junto a ásperas escobas de ojeras, dejaron la piel del animal presta para su estazado y, una vez limpio, se procedió a su subasta entre los asistentes.
Desde Asturias. En el momento de sentarse a la mesa, un total de 130 asistentes llegado del otro lado del Pajares, concretamente un grupo de descendientes de Santa María del Río, pero con residencia en Asturias disfrutaron de un plato de preparado con 12 kilos de lacón, 8 de tocino, 30 chorizos, y otras tantas morcillas, que acompañaron a las fabes de la Granza, pertenecientes a la denominación de origen de Pola de Siero, todo en su debido punto.
Como no podía ser menos, la fabada llegó acompañada del tradicional postre, Arroz con Leche. Esto unido a la alegría y un ambiente familiar se complementó con licores cafés y orujos de la tierra al tiempo que la música se dejaba acariciar entre los asistentes.
Un año más la casa de la villa se ofreció como lugar de encuentro para los asistentes, la sobremesa sirvió para comentar y conocer un poco más de la vida en común de cuantos asistieron a la fiesta.