Enebe pol dios!
Por alguna razón, aún desconocida, en esta época se incrementan los casos de SIDA.
Aumentan las infecciones de la piel causadas por bacterias y hongos al bañarse en aguas contaminadas.
Los casos de asma bronquial o bronquitis alérgica aumentan por la abundancia de polen en la atmósfera.
Aumenta la frecuencia de casos de rinitis alérgica, faringitis alérgica, laringitis alérgica, o rinofaringolaringitis alérgica.
Aumentan los casos de infecciones gastrointestinales bacterianas, como las disenterías por Shigella (chigela), Salmonella (salmonela) y Escherichia (esqueriquia).
Se incrementan los casos de hepatitis viral. Esto pudiera deberse a la ingesta de fruta contaminada.
Comienzan a presentarse más y más casos de deshidratación y de insolación en niños y personas mayores de 50 años.
Aumenta el riesgo de contraer el cólera (también es una enfermedad bacteriana) por la ingesta de alimentos mal cocinados o descompuestos, procedentes del mar o de aguas dulces contaminadas con heces fecales.
Con la llegada de la primavera, llegan también las molestas moscas y las repugnantes cucarachas, insectos que son transmisores de diversas enfermedades sumamente peligrosas, como la gastritis y la úlcera péptica causadas por Helicobacter pylori, la lepra, numerosas enfermedades tanto bacterianas, como protozóicas (causadas por protozoarios) y micóticas (causadas por hongos), etc.
Se hacen más frecuentes las parasitosis, como la amibiasis, por la ingesta de alimentos contaminados mal lavados y/o cocinados.
Aumentan las parasitosis por artrópodos; por ejemplo, garrapatas, piojos, pulgas, etc., con las subsecuentes infecciones transmitidas por la picadura de estos animales.
Se incrementan los casos de infecciones transmitidas por insectos; por ejemplo, dengue, Fiebre del Nilo, Paludismo, etc.
Las várices de miembros inferiores se hacen más dolorosas y aumenta la “hinchazón” de los tobillos por la vasodilatación venosa prominente causada por el aumento en la temperatura ambiental.
Los casos de hemorroides aumentan debido a cambios orgánicos cíclicos anuales relacionados con la vasodilatación de los vasos periféricos.
En esta temporada de fuertes vientos y sequía, ocurren los llamados vientos negros (que acarrean tierra negra desde África hacia todo el planeta) y los vientos rojos (originarios de América para el mundo y que arrastran tierras rojas o amarillentas). Los vientos negros y los rojos transportan cientos de especies patógenas (que producen enfermedades) tanto para los seres humanos, como para los animales y las plantas. Aún los animales acuáticos, marinos o de aguas dulces, pueden contaminarse con estos vientos negros y rojos.
-Aquí me detengo para no ser exagerado; la lista es muy larga-
Aunque en apariencia el invierno es una estación dura, la primavera, seguida por el verano, es la estación más peligrosa; no solo para los seres humanos, sino para todos los seres vivientes, pues también se incrementan las enfermedades primaverales de los animales y las plantas.
Por alguna razón, aún desconocida, en esta época se incrementan los casos de SIDA.
Aumentan las infecciones de la piel causadas por bacterias y hongos al bañarse en aguas contaminadas.
Los casos de asma bronquial o bronquitis alérgica aumentan por la abundancia de polen en la atmósfera.
Aumenta la frecuencia de casos de rinitis alérgica, faringitis alérgica, laringitis alérgica, o rinofaringolaringitis alérgica.
Aumentan los casos de infecciones gastrointestinales bacterianas, como las disenterías por Shigella (chigela), Salmonella (salmonela) y Escherichia (esqueriquia).
Se incrementan los casos de hepatitis viral. Esto pudiera deberse a la ingesta de fruta contaminada.
Comienzan a presentarse más y más casos de deshidratación y de insolación en niños y personas mayores de 50 años.
Aumenta el riesgo de contraer el cólera (también es una enfermedad bacteriana) por la ingesta de alimentos mal cocinados o descompuestos, procedentes del mar o de aguas dulces contaminadas con heces fecales.
Con la llegada de la primavera, llegan también las molestas moscas y las repugnantes cucarachas, insectos que son transmisores de diversas enfermedades sumamente peligrosas, como la gastritis y la úlcera péptica causadas por Helicobacter pylori, la lepra, numerosas enfermedades tanto bacterianas, como protozóicas (causadas por protozoarios) y micóticas (causadas por hongos), etc.
Se hacen más frecuentes las parasitosis, como la amibiasis, por la ingesta de alimentos contaminados mal lavados y/o cocinados.
Aumentan las parasitosis por artrópodos; por ejemplo, garrapatas, piojos, pulgas, etc., con las subsecuentes infecciones transmitidas por la picadura de estos animales.
Se incrementan los casos de infecciones transmitidas por insectos; por ejemplo, dengue, Fiebre del Nilo, Paludismo, etc.
Las várices de miembros inferiores se hacen más dolorosas y aumenta la “hinchazón” de los tobillos por la vasodilatación venosa prominente causada por el aumento en la temperatura ambiental.
Los casos de hemorroides aumentan debido a cambios orgánicos cíclicos anuales relacionados con la vasodilatación de los vasos periféricos.
En esta temporada de fuertes vientos y sequía, ocurren los llamados vientos negros (que acarrean tierra negra desde África hacia todo el planeta) y los vientos rojos (originarios de América para el mundo y que arrastran tierras rojas o amarillentas). Los vientos negros y los rojos transportan cientos de especies patógenas (que producen enfermedades) tanto para los seres humanos, como para los animales y las plantas. Aún los animales acuáticos, marinos o de aguas dulces, pueden contaminarse con estos vientos negros y rojos.
-Aquí me detengo para no ser exagerado; la lista es muy larga-
Aunque en apariencia el invierno es una estación dura, la primavera, seguida por el verano, es la estación más peligrosa; no solo para los seres humanos, sino para todos los seres vivientes, pues también se incrementan las enfermedades primaverales de los animales y las plantas.