Recuerdo perfectamente la iglesia de Santibánez, con un soportal amplio y esa enorme puerta con arco de medio punto, propia de edificios del poder. Allí me llevaron a la misa de Santo Tirso con unos barrizales interminables, recuerdo que el lugar me parecía inmenso con el coro donde sólo subían los más jóvenes y los demás fieles colocados como ya habéis comentado. Recordaréis que al llegar a la puerta de la iglesia las mujeres no se paraban, esperaban dentro, mientras que los hombres hacían fuera vida social hasta que sonaba la esquila, señal de que el señor cura empezaba la función. Yo recuerdo también la fiesta de San Juan, ya sin barro y con la era delante de la escuela. Saludos