El arroyo del Canalón bajaba con mucha
agua para estas fechas. Es un año muy bonito y de mucho verdor. Comenzaban a florecer las escobas. En pocos días estará todo el
monte amarillo, como otros años. Daba pena irse de alli.
Desdichadamente cada vez quedamos menos. Al regresar el domingo tuve que parar en La Magdalena, en el tanatorio, a dar el último adiós a Larpi, persona muy querida por toda Omaña. Saludé a la mujer e hijos y les prometí una oración y un recuerdo en mi nombre y en el de muchos
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