Algunos tenemos esa necesidad de recordar todos los cambios, podríamos decir radicales de la vida de la niñez, donode se susistía con lo rudimentario, como la luz con el cándil, sin agua en las casas etc...... y para ello han quedado escondidos sudores y esfuerzos grandes en estas tierras que tan bien conocimos. Ahora casi han quedado para residencias veraniegas pero el alma, costumbres, su personalidad, siguen ahí. Sin la esencia de antaño, sus moradores son diferentes, la vida ya nada tiene que ver con la de antes. En los últimos 50 años poco a poco todo fue cambiando y los hombres y mujeres de nuestro tiempo hemos vivido los cambios con naturalidad.