en lo más alto de la peña el castro perromano del ancestral Saximont nos esperaba, hacia más de medio siglo que nadie subía allí arriba, desde los tiempos del pastoreo de
montaña, pero un pequeño grupo de realengos: Erik, Ionai y Alejandro emprendieron un viaje hacia este. llegamos lo conseguimos aunque pudimos estar muy poco nos pilló una
tormenta eléctrica en lo alto. años despues toda la zona seria desbrozada, los forestales abririan con máquinas
caminos hasta el mismo y aquellos que no aman la
naturaleza sino el ruido de motores pueden ahora acercarse hasta este. es un orgullo para nosotros haber gozado aunque solo hubiese sido una vez, de este lugar tal y como aquellos hombres lo habían dejado antes de que el hormigón llegase.