Soy javier, hijo de Kiko de Adelina de Llamazal, y mando otro saludo a todos aquellos que tengan algún recuerdo de Sigüeya y de La Cabrera.Yo tengo unido el pueblo a mi infancia.Recuedo el sonido estridente de los carros de vacas que decían que cantaban, e incluso el aullar lejano de los lobos por la noche, los días de fiesta cuando nos juntábamos todos los primos en casa de los abuelos, las caminatas en busca de la casa de algún pariente, de noche en caminos que eran depuro barro y no como ahora de cemento.Ahora vivo en Valladolid.