Hace 5 días tan sólo que regresé de Socil... La tierra de los veranos de mi infancia... Y ya la morriña me puede.
Seguía tan lindo como siempre el pueblín, y además nos acompañó un sol hermoso hasta el último día que estuve.
Vi a Pilar, Ester, Evangelista, Petrina, Pedro, Paco... También me pareció ver a Chucho con una especie de coche de esos de montaña que no se cómo renarices se llaman, pero como lo ví de pasada no estoy segura de si era él o no.
Los jabalís ya llegan a la Era Vieja y al Juego de los Bolos, y tienen toda la tierra removida.
Un día me acerqué al río, hay un trozo de camino que parece impracticable, pero luego se abre el paso de nuevo. El molino aún tiene en pie algunas piedras, aunque está bastante deteriorado.
Los caminos dejaron de marcarse por allá por las Llamillas. El pasto estaba sequín y del color del otoño, pero los atardeceres siguen siendo lo más hermoso que mis ojos contemplaron jamás.
Allá parece que el tiempo no corre, que todo sigue igual, aunque obviamente se nota la ausencia de los que faltan. Y se extrañan mucho.
Si tengo tiempo y consigo vencer mi patanería con el tema ordenadores les subiré algunas fotos para que lo vean.
Hasta entonces me despido con un abrazo grande y unos besines para los que también aman esa terriña bella.
Seguía tan lindo como siempre el pueblín, y además nos acompañó un sol hermoso hasta el último día que estuve.
Vi a Pilar, Ester, Evangelista, Petrina, Pedro, Paco... También me pareció ver a Chucho con una especie de coche de esos de montaña que no se cómo renarices se llaman, pero como lo ví de pasada no estoy segura de si era él o no.
Los jabalís ya llegan a la Era Vieja y al Juego de los Bolos, y tienen toda la tierra removida.
Un día me acerqué al río, hay un trozo de camino que parece impracticable, pero luego se abre el paso de nuevo. El molino aún tiene en pie algunas piedras, aunque está bastante deteriorado.
Los caminos dejaron de marcarse por allá por las Llamillas. El pasto estaba sequín y del color del otoño, pero los atardeceres siguen siendo lo más hermoso que mis ojos contemplaron jamás.
Allá parece que el tiempo no corre, que todo sigue igual, aunque obviamente se nota la ausencia de los que faltan. Y se extrañan mucho.
Si tengo tiempo y consigo vencer mi patanería con el tema ordenadores les subiré algunas fotos para que lo vean.
Hasta entonces me despido con un abrazo grande y unos besines para los que también aman esa terriña bella.