VAL DE SAN LORENZO: San Lorenzo mártir...

San Lorenzo mártir

San Lorenzo, cuadro de Francisco de Zurbarán
Diácono y mártir
Nacimiento c. 225
Huesca o Valencia (Hispania)
Fallecimiento 10 de agosto de 258
Roma
Venerado en Iglesia Católica, Iglesia Ortodoxa, Comunión Anglicana, el luteranismo y las demás.
Principal Santuario Basílica de San Lorenzo Extramuros
Festividad 10 de agosto
Atributos Llevando una parrilla y vistiendo una dalmática, a veces también se le representa con la palma del martirio y el libro de los santos evangelios
de los bibliotecarios,
cocineros,
comediantes,
curtidores,
diáconos,
estudiantes,

mineros.

Basílica de San Lorenzo, donde se encuentran los restos del santo
El martirio de San Lorenzo, por J. León (1758, RABASF, Madrid) San Lorenzo fue uno de los siete diáconos de Roma, ciudad donde fue martirizado en una parrilla en 258. En latín se llamaba Laurentius (‘laureado’).

Los Actos de san Lorenzo se perdieron en la época de Agustín de Hipona, quien en uno de sus sermones acerca del santo (Sermo 302, de Sancto Laurent) admite que su narración no provenía de recitar las Actas del santo (como solía hacer Agustín en sus sermones) sino de la tradición oral.

Esa tradición sitúa el nacimiento de Lorenzo de Roma en Huesca, en la Hispania Tarraconensis. Cuando en 257 Sixto fue nombrado papa, Lorenzo fue ordenado diácono, y encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor, es considerado uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, y es el patrón de los bibliotecarios.

El emperador Valeriano proclamó un edicto de persecución el que prohibía el culto cristiano y las reuniones en los cementerios. Muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte, mientras que los cristianos que pertenecían a la nobleza o al senado eran privados de sus bienes y enviados al exilio.

Víctimas de las persecusiones de Valeriano destacan los Papas San Esteban I, degollado sobre la misma silla pontificia; y Sixto II decapitado el 6 de agosto del 258. Obispos como Cipriano de Cartago, decapitado en el Norte de África. Diáconos como Agapito, o el popular San Lorenzo: una leyenda citada por san Ambrosio de Milán dice que Lorenzo se encontró con Sixto en su camino al martirio, y que le preguntó: « ¿Adónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿Adónde te apresuras, santo padre, sin tu diácono? Nunca antes montaste el altar de sacrificios sin tu sirviente, ¿y ahora deseas hacerlo sin mí?», a lo que el papa profetizó: «En tres días tú me seguirás».