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VAL DE SAN LORENZO: La Doncella y el Templario. (Esta leyenda nunca fue...

La Doncella y el Templario. (Esta leyenda nunca fue escuchada en Turienzo, ni contada por las personas del lugar. Aparecio publicada en el diario de Leon, escrita por el Sr. Nepomuceno, y el a su vez remite a que se la conto un peregrino en la catedral. Se tienen muchas sospechas que sea una leyenda inventada muy recientemente. Desde luego, nadie la conocia en el pueblo de Turienzo).

"En el Torreón de los Osorio que esta situado a la parte sur del pueblo vivía en 1258 una hermosa doncella hija del señor de aquellas tierras. Gustaba a la joven ir a bañarse a la laguna Cernea, próxima al pueblo, acompañada de sus criadas, cuando un día, en medio de sus abluciones, observó a un hermoso caballero templario qu e daba de beber al corcel.
La joven quedó de inmediato prendada de él y no perdía ocasión de espiarlo y enviarle a sus doncellas con mensajes inflados de pasión, pero sin mas respuesta que el desprecio del caballero. Desesperada ya de obtener los favores del templario, la bella compuso un bebedizo, con agua del Santuario de la Encina de Ponferrada y ciertos polvillos que guardaba en su anillo.
Cierto día en que el caballero abrevaba su montura en el lago, la impetuosa muchacha le ofreció de beber. Una vez ingerido el brebaje, surtió efecto de inmediato, quedando el caballero perdidamente enamorado de la joven. Y una noche robó los objetos sagrados de la Iglesia de Turienzo para huir con ella, pero en el momento de partir fueron descubiertos por el Maestre de la Orden, quien los detuvo mediante un encantamiento: Convirtió a ambos en piedra negra y les condenó a ir tomando distintas formas bafométicas en la Catedral de León durante diez siglos. Y si miras hacia lo alto de tu cabeza, veras las caras de los amantes fundidas en piedra en esa ménsula. Levanté la vista y vi la enigmática cara bifaz que adorna el arranque de la nervadura negra como la noche y la mirada fija en quien ose mirarle, desafiante y misteriosa. Ahora ya conoces la leyenda, dijo, y sabes por qué la cara monstruosa del demonio aparece en la puerta de Santiago, en la entrada de la puerta principal, y en varios lugares recónditos de la Catedral; cada una de ellas es la de los amantes de Turienzo, condenados a emerger de la piedra para que sirvan de escarnimiento a quienes osen enajenar los bienes de la Iglesia.
Dicen que trae suerte tocarlas, por eso está tan negra, pero yo prefiero lanzar los exconjuros que me viste hacer, por si las moscas; algunos cuentan que más de un peregrino que se burló de ellas está petrificado. Vaya usted a saber. Y con la misma parsimonia con la que se había presentado, así se fué camino de la entrada....."