BREVE RESEÑA HISTÓRICA
Se encuentra la población de
Valdecañada en el fondo de un profundo y estrecho
valle abierto por el
río Oza, que recoge y acoge en la angostura de su ribera su disperso
caserío. A lo largo del tiempo, su población ha estado diseminada por los
barrios de Picolugar, Dondelugar, del Vío, Cascallo,
Convento y Agadán. Éste último era un poblado de origen judío, agregado desde el siglo XVII a Valdecañada y que anteriormente perteneció a
Toral de Merayo. Alguno de estos barrios, como el de Agadán, hoy están abandonados.
La existencia de un
camino antiguo, de una cañada, por la que desde
San Esteban de Valdueza transitaban los rebaños, o de un valle estrecho entre las laderas de los
montes cercanos, ha dado lugar al nombre del
pueblo. Su origen se remonta a la Edad Media, época en la que se le menciona en los documentos como "Vallae de Canata" o "Val de Cannada". Consta documentalmente que ya existía en el siglo XI cuando en 1085 Rodrigo Muñiz donó ciertas heredades en Valdecañada, siendo una población de cierta importancia cuando en 1103 un nieto del tenente de Ulver vivía en "Val de Cannada".
Con la concesión el 9 de julio de 1233 de fueros y privilegios por el Obispado de Astorga "a favor de todos los hombres que se avecindan en aquel sitio...", entre otros el no pagar tributos como la luctuosa. Valdecañada aumentará notablemente de población, alcanzando a finales del siglo XVI, según el Censo Corona de Castilla del año 1591, una población de 31 vecinos, de los cuales 13 eran pecheros y 18 hidalgos (entre los que se incluía un clérigo, encargado de la
parroquia de San Martín).
Las pestes y crisis demográficas de finales del siglo XVI y de gran parte del XVII harán que el número de vecinos descienda, siendo solamente 22 en el año 1631 y alcanzando su mínimo en las últimas décadas del siglo XVIII, ya que en el censo del año 1787 únicamente figuran 8 vecinos. Será en el siglo XIX cuando la población crezca de verdad acercándose en 1852 a 50 vecinos (220 almas) y a mediados de los años 50 del siglo XX conseguirá el máximo de su población: 440 habitantes, que a partir de entonces y debido a la emigración irán paulatinamente disminuyendo hasta los apenas cincuenta habitantes actuales.
Las crisis de finales del siglo XVI señaladas anteriormente propiciaron no sólo el descenso de población comentado sino también la despoblación del caserío existente junto a la hoy en
ruinas ermita de Santiago y que hasta esos siglos había sido
iglesia matriz, y que antes al igual que hoy se comunicaban mediante el Camino Viejo.
Administrativa y jurisdicionalmente, hasta la aparición de los
ayuntamientos constitucionales, Valdecañada estuvo sujeto durante la Edad Media al Obispado de Astorga, y durante la Edad Moderna, a la merindad de Ulver y Cornatelo, cuyos señores jurisdiccionales eran los Marqueses de Villafranca. Con la disolución del Régimen Señorial, en el siglo XIX, pasó a formar parte de varios Ayuntamientos hasta pasar definitivamente al de
Ponferrada. Primero en 1814, al de San Esteban de Valdueza, del que se segregó para pasar al de Priaranza y de éste al de Toral de Merayo, hasta 1860 que deciden segregarse por primera vez del
ayuntamiento de Toral de Merayo y pasar al de Ponferrada. Este proceso será largo y lo que pone en cuestión son las malas relaciones entre Valdecañada y Toral de Merayo y las dificultades de los municipios con poca población para garantizar a sus vecinos y a los de los
pueblos agregados unos servicios mínimos de calidad. Por eso y ante las urgentes necesidades de la población, los vecinos de Valdecañada intentarán por todos los medios agregarse a un ayuntamiento fuerte como empezaba a ser ya Ponferrada a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Pero dicha tarea no sería fácil. La primera vez que lo intentan será en 1860 y a su favor argumentarán que "una parte de su fincabilidad radica en términos de
San Lorenzo, correspondiente al ayuntamiento de Ponferrada", pero en esta ocasión la Corporación ponferradina no los aceptará al considerar que no tienen aprovechamiento ni derecho alguno en que fundar su agregación ya que distan de Toral de Merayo media legua escasa, mientras que de Ponferrada una legua y de camino accidentado, y sobre todo porque Valdecañada carece de recursos con que levantar las cargas municipales y sortener la
escuela de instrucción primaria.
Ante este fracaso y frustración deciden crear un ayuntamiento nuevo en 1865 con la cabecera del municipio en
Villanueva de Valdueza, y en la que se integraría con las poblaciones de Villanueva de Valdueza, San Adrián,
Valdefrancos, San Clemente, San Pedro de Montes y
Ozuela, pertenecientes hasta esos momentos a los ayuntamientos de Toral de Merayo y San Esteban de Valdueza. La existencia de un número elevado de ayuntamientos en El Bierzo -49- y la corta vecindad del que pretenden crear serán las causas esgrimidas en esta ocasión por el Gobernador Provincial para admitir el nuevo Ayuntamiento de Villanueva de Valdueza. Pero los de Valdecañada no se resignan a su suerte y las deficiencias y limitaciones por las que pasa la población les lleva a solicitar de nuevo su inclusión en el de Ponferrada en el año 1878. Pero antes ya lo habían intentado
Rimor, Ozuela y el mismo Toral de Merayo, que el 4 de julio de 1872 ya están agregados, mientras Valdecañada pese a la buena disposición de las autoridades de Ponferrada no hará efectiva su agregación hasta el año 1882.
Es el pueblo de nacimiento del ya fallecido Manuel Cobo Calleja, importante constructor y fundador del "Polígono Industrial Cobo Calleja" de Fuenlabrada (
Madrid), conocido como el "Polígono Chino", en el cual gracias a este hombre cada
calle del poligono tiene el nombre de un pueblo de nuestra hermosa comarca de El Bierzo.