La armonia de la vida se centró en tu vientre, formando una
familia, con tu inagotable amor de madre. Nacimos hijos y nietos bajo el
manto de la protección de tus manos, ayudando a levantarnos de nuestros tropiezos sin pedirnos nada a cambio. Para ti siempre fuimos niños aún pasando los años, los hijos y nietos por quienes sacrificaste tanto. Madre, que dios bendiga la inmortalidad de tu bella alma. Nosotros como hijos tuyos, solo podemos amarte, entregandote nuestro corazÓn forjado por tu sangre.
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